Esa es la interrogante que, desde el sábado reciente, se formulan muchos residentes en esta ciudad de Santiago, entre ellos militantes y dirigentes del PLD. Se trata de la selección de Rosita Fadul de Villamán, innegablemente la más pintoresca de las dirigentes políticas que ha tenido el país en los más recientes decenios, quien será la compañera de boleta del profesor José Izquierdo, candidato a síndico en este municipio, por el partido morado. Como recordamos, el aura política de Rosita estuvo gravitando sobre su cabeza en los gobiernos encabezados por Joaquín Balaguer pero, de manera muy especial, en su segundo período de 10 años, cuando se desempeñó como Gobernadora y diputada por esta provincia.
Mujer cuyo lenguaje y modales hacen creer que nunca ha estado siquiera en la puerta de una escuela pública, se convirtió en una celebridad política por sus ocurrencias. Tan “espontánea” es ella, que hasta sentada al lado del entonces Presidente Balaguer, encabezando actos públicos, salía con sus “palabrotas” o hacía algo que contradecía totalmente el protocolo (perdón, protocolo) o la solemnidad de la ocasión.
Más allá de sus extrovertidas acciones (se recuerda que una vez se le “escapó” un pedo mientras estaba sentada al lado de Balaguer en Santiago) a Rosita no se le conoce como una genuina líder política. Antes por el contrario, la gente la “vacilaba” por sus ocurrencias, tan espontáneas como cuestionables. Sus “conversatorios” con Morrobel, el hombre iletrado caricaturizado entonces por Freddy Beras Goico, eran un retrato fiel de la percepción dicharachera que siempre ha tenido Rosita de la vida y su importancia.
Pero, aparentemente sólo bastó con bailar un pedazo del tema “e’pa fuera que van”, con Leonel Fernández cuando en la campaña pasada lo recibió en la galería de su casa, para que ahora la seleccionen como candidata a vice síndica del PLD en Santiago.
Como en Santiago se tiene la creencia de que antes ni ahora Rosita es una líder capaz de arrastrar tras de sí a grandes o pequeñas masas alejadas del PLD, para que voten por ella en las elecciones próximas, lo más lógico es suponer que ahora la premiaron, aunque con efecto retardado, por la “bailaíta” que dio hace dos años.
Y es que de Rosita prácticamente no se había vuelto a saber desde que en el 2004 se montó en el tren peledeísta (aunque fuera en el vagón de atrás). Por su desaparición del escenario político (al que poco aportó mientras se regodeaba en las mieles del poder) es que muchos santiaguenses nos preguntamos: ¿por qué el PLD escogió a Rosita para esa candidatura?
La respuesta habrá de saberse cuando se cuente el último voto en las elecciones municipales de mayo.Esperemos, pues.