El caso de Luigi Cascioli, el cristólogo que querelló al sacerdote Enrique Righi por el "abuso de la credulidad popular" e "intercambio de persona" ha sido archivado. El sacerdote ha utilizado, en síntesis, esta pintoresca línea defensiva: "en caso de que resulte que Cristo no haya existido, quienes merecen la condena son los autores de los textos sagrados y no Don Enrico que se ha limitado solamente a repetir el que otros han escrito”. Singular y curioso el comportamiento de un ministro de la iglesia que tendría que defender, hasta la acción suprema, la existencia de Cristo. En vez no fue así. Don Righi, ha dado vuelta la espalda a su Cristo, importándole un pito demostrar su existencia. De hecho, no ha vacilado en apuntar el dedo contra la iglesia. Comportamiento tremendo, quizás de excomunión, para un sacerdote, para un hombre que debe haber dedicado la vida a Jesús.
¿Por qué Don Righi se ha comportado de este modo? ¿Cuál es el motivo? Don Righi podría disponer de toda la teología del planeta, de las inmensas bibliotecas que contienen textos religiosos de cualquier naturaleza, de los cerebros de sus colegas ministros de cualquier grado de la jerarquía eclesiástica entre los cuales, por ejemplo, los preparadísimos jesuitas. ¿Por qué no hacer participar a los ministros Camillo Ruini, Tarcisio Bertone, Gianfranco Ravasi, Thomas Reese, Crescenzio Sepe, Francesco Cacucci, Stanislaw Dziwisz, Attilio Nicora, Paolo Romero, Angelo Sodano, Piero Marini, Dionigi Tettamanzi? Sin mencionar que, además, Joseph Ratzinger podría haber dado su opinión.
Resumiendo: un estudioso llega y declara que Cristo es una fábula inventada por los sacerdotes. Trata de realizar un proceso histórico sobre la "no la existencia de Cristo". La iglesia no se mueve, no asume una posición. La iglesia no puede no haberse enterado del caso. Pero supongamos, por absurdo que parezca, que Don Righi haya ocultado el hecho a sus superiores, de seguro la montaña de artículos publicados en la prensa, los servicios en las televisiones y las radios de todo el mundo, no pasaron inadvertidos. Sin embargo la iglesia "habla " y se "expresa" en hechos banales y no raramente en hechos – como los referidos a las materias del Estado Italiano – en los cuales tendría que mantener la boca cerrada. Sobre Cristo que nunca ha existido, con tantas pruebas procuradas por Cascioli, ¡los ministros de la iglesia han callado! Los creyentes y los ateos estamos indignados, es imposible no sentir que nos toman el pelo!
Don Righi y la iglesia católica, no han movido un dedo para probar la existencia de Cristo, nisiquiera han pronunciado una palabra. Sin embargo, toda la cuestión llevada a los tribunales por Cascioli se basaba en este hecho: ¿Cristo ha existido o no? Cascioli afirmò ,y afirma aùn, que posee las pruebas históricas no de la existencia de este personaje inventado por la iglesia. Pruebas que ha depositado en tribunales, pruebas que ha recogido, en años de estudios, en el libro-denuncia "La favola di Cristo Inconfutabile dimostraziobe della non esistenza di Gesù"
¿Por qué entonces ningún ministro de la iglesia se ha hecho sentir, comenzando por los cardenales y obispos ? Cristo es su pan diario, sin embargo esta vez estos ministros han preferido comer grisines. Silencio absoluto.¿Què se necesitaba (y què se necesita) para desmontar las desconcertantes declaraciones de Luigi Cascioli? Para los ministros de la fè, esto debería ser una tontería. En vez, nada. Que confesión religiosa curiosa es el cristianismo, lleva la bandera de Cristo durante un par de milenios, a cada frase pronunciada sus secuaces responden, "Cristo ha dicho que…" "Cristo ha hecho…". Un buen día llega un hombre que les dice: "estimados lo que ustedes llaman Cristo no es mas que una propaganda dirigida hacia las masas en todas las salsas, él no ha existido y tengo las pruebas, aquí están!". El hombre muestra las pruebas. ¿Y la iglesia? Uno habría esperado – a mayor razón por parte de un cristiano practicante- que los mejores cardenales del Vaticano dijeran algo del tipo: "Cascioli querido, usted esta loco, aquí le demuestro a usted, y a la humanidad, las pruebas concretas, históricas e irrefutables que Jesús dicho el Cristo ha existido en carne y hueso, como Napoleón, Garibaldi y Julio César". ¡Imaginan que papelón habría hecho Cascioli! Y quien sabe el día después cuántos millones de personas se hubieran convertido al cristianismo.
Viene una sospecha, una sospecha que no es poca cosa. Una duda como una pulga en el oído que no deja dormir, una pulga grande como un gato. La iglesia se calla la boca sobre el caso de Cascioli puesto que de este personaje, Cristo, no tiene de hecho ninguna prueba para llevar de frente a la humanidad! Por lo tanto ¿qué otra cosa podía hacer sino callar? Los sacerdotes dirán entre si, "hagamos en modo que el caso judicial venga archivado". Ningún problema! De todos modos sabemos que el término "laicidad" no significa nada, es vacío y abstracto. Todo pasa, la gente se olvidará rápidamente, tiene que pagar las cuentas, tiene problemas de trabajo, el alquiler de la casa… el hecho que un estudioso haya declarado que posee pruebas históricas que comprueban que la figura de Cristo es un invento de la iglesia, abriendo un caso de interés planetario, no será recordado. De Cristo no les importa nada! ¿Quién sabe por qué? No creo que sea un acto de cobardía por parte de la iglesia ni, tanto menos, un descuido, Ni siquiera un error de estrategia, ¿qué estrategia es para la iglesia quedarse muda delante de un caso tan importante, que la toca en lo más profundo de su doctrina religiosa?
Analizando los hechos, es evidente que Cascioli ha hecho jaque mate a la iglesia y a todos sus ministros. De frente a la historia, Luigi Cascioli ha ganado porque la iglesia no ha llevado las pruebas de la existencia de Cristo. Cascioli ha dado un poderoso golpe contra la pared de la mentira, el primer paso, pero no el último.
Traduccion Veronica Navarra [email protected]
Sitio de Luigi Cascioli www.luigicascioli.it
Sitio de Ennio Montesi www.nochiesa.blogspot.com