(ESPN.com) – No hubo llanto en la conferencia de prensa. Ni siquiera un adiós.
Pero salvo que ocurra algo inesperado, el miércoles quedará grabado como el día final en la histórica y controversial carrera de Sammy Sosa.
El toletero no confirmó oficialmente su retiro, pero el miércoles les avisó respetuosamente a los Nacionales de Washington que no iba a aceptar el publicitado contratado no garantizado de un año, válido por $500,000 dólares.
Ni siquiera el representante de Sosa, Adam Katz, intentó negar la situación. Al menos no quiso hacerlo frente a los Nacionales. Ni tampoco con los Gigantes de Yomiuri. Incluso aunque falten pocas semanas para que comience el Clásico Mundial de Béisbol y toda la República Dominicana se ilusione con su presencia.
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No fue un final muy feliz para el Bambino del Caribe
Según Katz, el retiro es un hecho.
"No vamos a ponerlo en la lista de retirados", le dijo Katz a ESPN.com. "Decidimos que eso era lo mejor. Pero puedo asegurarles, con bastante certeza, que Sammy no volverá a jugar béisbol".
Asumiendo que eso sea verdad, Sosa dejará el deporte a solo 12 jonrones de la marca de 600 en su carrera – algo conseguido solamente por cuatro afamados jugadores (Hank Aaron, Babe Ruth, Barry Bonds y Willie Mays).
Por el momento, no hay nadie entre Sosa (con 588 cuadrangulares) y Mays (660). Por eso el toletero dominicano quedaría quinto en la lista histórica de jonrones al menos por un tiempo – hasta que Junior Griffey (536) o A-Rod (429) o alguien más lo supere.
Esos 12 vuelacercas eran el único incentivo de Sosa para volver a jugar esta temporada. Pero aparentemente no eran motivo suficiente como para arriesgar su reputación y retirarse por la puerta chica.
"Sammy se tomó un buen tiempo para decidirlo", dijo Katz. "Y esto es lo que resolvió. Él siempre tiene objetivos tan altos, y el año pasado fue tan malo para él, que no quería que eso volviera a sucederle. Todavía cree que puede jugar, pero tiene algunas dudas".
Además tampoco tenía demasiado incentivo monetario para acolchonar una posible caída. Pero Katz dejó en claro que la plata no era la razón de su retiro.
"No era un tema de dinero", aseguró Katz. "Los Nacionales manejaron el tema con mucho respeto. La plata no era demasiada y obviamente que lo tuvimos en cuenta al momento de tomar la decisión, pero básicamente nos guiamos por las expectativas que tenía Sammy para este año".
"No voy a pararme aquí y decir que la plata no nos importaba. Pero de ninguna manera fue lo más importante al momento de tomar la decisión. Fue algo secundario".
En algún momento de su carrera, Sosa dominó este deporte y fue la persona más popular de Chicago.
Alguna vez fue el símbolo de todo lo bueno que tiene el béisbol.
Cuando busquen su nombre en una enciclopedia encontrarán que fue el único jugador en la historia en batear más de 60 jonrones en tres temporadas distintas. En ocho campañas, desde 1996 al 2003, promedió la increíble cantidad de 51 cuadrangulares por año.
Pero estas últimas tres temporadas no han sido buenas para él. Se le encontró un corcho en uno de sus bates. Nubes negras acecharon sus estadísticas. Fue citado por el Congreso y de repente se olvidó de cómo se hablaba inglés.
Los Cachorros prácticamente lo echaron de Chicago. Y su temporada final en Baltimore fue una pesadilla (.221, 14 jonrones, 45 impulsadas y un porcentaje de slugging de .295). No solo era doloroso ver sus estadísticas, sino que una infección en el pie lo molestaba al caminar y ni hablar de cuando tenía que batear.
Pero cuando pronunciaba sus palabras, Katz no estaba pensando en la caída de los últimos tiempos de Sosa. El representante llamó a Sammy "un hombre humilde y decente" que ha contribuido masivamente al deporte.
"No necesitamos recordar sus contribuciones", dijo Katz. "Fueron poderosas y prolíficas. A todos los atletas les llega su final. Y sin importar lo que algunos piensen, Sammy siempre se ha manejado con dignidad".