ESPERANZA.-Luego de comprobar la violación sexual de tres niños en el orfanatorio El Buen Samaritano, las autoridades rescataron a otros ochos del lugar y lo clausuraron, en una acción en que fue necesario usar militares para proteger a los oficiales que ejecutaban la medida En las primeras horas de la mañana de hoy fueron recatados ocho niños que permanecían en el orfanatorio el Buen Samaritano de este municipio. El local fue militarizado y clausurado definitivamente después que se comprobara la violación anal de tres de los niños que permanecían internos allí.
El centro es dirigido por un religioso los niños fueron violados sexualmente, según certificó una médico legista que los examinó en el curso de una investigación judicial.
La licenciada Antia Beato, del Tribunal de Menores de la ciudad de Santiago se presentó en la primera horas de la mañana de hoy, acompañada de agente policiales, rescató a los ocho niños que permanecían en dicho centro, los mismos fueron trasladados en un autobús a la ciudad de Monte Cristy.
Dicho hogar de niños huerfanos fue clausurado por el Consejo Nacional de la Niñez y Adolescentes (CONANI), por la violación a los artículos 456, 458, 457, 437 de la ley 136-03, del código sobre la protección y los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes.
Las víctimas rescatadas de la Casa Hogar para el Niño Huérfano El Buen Samaritano, cuyos nombres se omiten por razones legales, son de 3, 11 y 13 años de edad.
Según la información suministrada por el CONANI los niños violados presentan "laceraciones anales cicatrizadas", según certificaciones del Instituto Nacional de Ciencia Forense (Inacif), firmadas por la doctora Rosibel Grullón Gómez, emitidas el pasado martes.
El centro asistencial regenteado por el reverendo Manuel de Jesús Rodríguez, cuya congregación religiosa se desconoce, carecía de condiciones para albergar a los menores, de acuerdo a un informe de la Secretaría de Salud Pública, que sustenta el cierre del lugar por parte del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani).
Sólo once niños pudieron ser sacados del lugar de más de 20 que permanecían en el orfanato, porque una turba agredió los empleados del Conani, quienes se vieron obligados a abandonar el lugar por la falta de seguridad.
Oficiales y alistados del Ejército Nacional, llamados por la presidenta del Conani, licenciada Kirsys Fernández de Valenzuela, tuvieron que auxiliar a policías que repelían los agresores.
La licenciada Fernández de Valenzuela en declaraciones ofrecidas a los medios de comunicación acusó a la fiscal Sonia Espejo, del Tribunal de Primera Instancia de Niños, Niñas y Adolescentes de Mao, de "obstaculizaciones e irregularidades en el procedimiento" para intervenir el orfanato.
Dijo en carta al procurador general de la República, doctor Francisco Domínguez Brito, que la funcionaria judicial alertó sobre las investigaciones a los responsables del orfanato, donde laboran parientes de la fiscal.
"Las tácticas dilatorias utilizadas por la doctora Espejo fueron notorias, ya que como forma de retrasar el proceso enviaba a los niños a buscar sus pertenencias al interior del centro, por lo que duró aproximadamente hora y media con los niños montados en el autobús. Esta tardanza permitió que fueran llegando personas al frente del centro, incluyendo un un grupo de personas preparada para agredir el autobús (con los niños) y al personal del Conani", dijo la licenciada Fernández de Valenzuela.
Los menores rescatados del orfanato fueron llevados a lugares supervisados por el Conani, donde se les ofrece asistencia médica, alimentación y otras atenciones dignas, según las autoridades.
El orfanato, que tenía cerca de 25 años operando, recibía miles de pesos de ayuda económica de una organización de Estados Unidos y del Conani 20 mil pesos al mensual.
En las investigaciones se estableció que el centro infantil era "vigilado" por un guardián que estuvo preso varios años, condenado por matar a su esposa, pero fue cancelado luego de presiones de miembros de la comunidad.