En el último número de la prestigiosa revista Science, llama la atención un artículo que en principio parecería haberse infiltrado entre tanta nota académica sobre investigaciones y logros científicos. "¿Qué convierte a una canción en un éxito?", es el tema en cuestión. Y entonces se entiende el porqué: quienes plantean y contestan esta pregunta son especialistas del Departamento de Sociología de la Universidad de Columbia.
La hipótesis inicial de los investigadores estadounidenses es que a la gente tiende a gustarle lo que cree que le gusta a otra gente. Para probar esta idea, Matthew Salganik y sus colegas Duncan Watts y Peter Dodds crearon un sitio en la web, una suerte de mercado musical artificial, para que los participantes votaran por los temas que más le gustaban.
"Queremos saber por qué algunas bandas se vuelven populares mientras otras similares no lo logran", dijo Salganik al iniciar la investigación, en junio de 2005. Y puso de ejemplo a Norah Jones: "Es una buena cantante, pero está lleno de gente buena como ella que no tienen éxito".
Partieron del concepto de "contagio social": el proceso por el cual las ideas, los comportamientos y hasta los caprichos se expanden entre la gente, y fundamentalmente cómo el gusto musical es un indicador importante de este fenómeno social.
Crearon un sitio en Internet e invitaron a la gente a formar parte del estudio. Una vez que aceptaban, los participantes accedían a un listado de 48 canciones, que podían escuchar. Y luego, tenían que dar una opinión sobre el tema, además de hablar de su edad, etnia y gusto musical. A cambio, tenían permitido bajar y grabar las canciones legalmente.
Todos los temas eran de bandas desconocidas, porque justamente buscaban que la gente se guiara más por el mérito musical que por el nombre del grupo.
El estudio fue todo un éxito a nivel de convocatoria: participaron 14.341 personas, la mayoría adolescentes. "Internet fue crucial para esta investigación, ya que es el lugar donde ocurre todo lo nuevo a nivel musical, y también porque es el lugar que le está cambiando la cara a la música", explicó Salganik.
Se dividió a los voluntarios en dos grupos: los independientes y los sometidos a la influencia social. Es decir, mientras que al primero sólo le dieron los títulos de las canciones y los nombres de las bandas como guía, al otro grupo también le dieron la posibilidad de ver la cantidad de veces que cada canción había sido seleccionada, "bajada" y grabada.
Los investigadores vieron que en el segundo grupo los temas populares eran los más elegidos. "En general, a las mejores canciones nunca les va muy mal, y a las peores nunca les va muy bien, pero cualquier otro resultado sí es posible", dijeron los expertos.
Así, para los autores, más que la calidad, lo que define un éxito es la popularidad. "Los individuos no toman sus decisiones solos, sino que se orientan por el comportamiento de sus congéneres". Pero agregaron: "Cuanto mayor es la influencia social, tanto más desequilibrado e impredecible es el resultado colectivo".
Y sí, no es simple vaticinar un éxito. Teorías hay muchas: que las melodías pegadizas son las que se asemejan a las frecuencias de las ondas cerebrales, que la clave está en la repetición… Incluso hay una empresa española, Polyphonic HMI, que creó un programa de software (Hit Song Science) que aplica principios matemáticos para crear hits a partir de una base de datos de 3,5 millones de canciones (las más vendidas en las últimas décadas).
Igual, a pesar del marketing y las promociones, es posible cosechar fracasos. No es una ciencia exacta. O como dicen los investigadores: "Hay límites inherentes a la hora de predecir resultados. Y eso es independiente de toda la información y las herramientas con las que se cuente".
Pablo Alabarces, sociólogo especializado en Cultura Popular y Masiva de la UBA, cuestionó la conclusión del estudio: "Además de la influencia social, que es obvia, hay otras dimensiones complejas que no se reflejan, como que una canción puede ser masiva entre ciertos públicos y en otros no. Además, los públicos están cada vez más recortados por la edad, la clase social, el lugar de residencia. Y también hay que saber que siempre hay una dosis de misterio. Hay canciones exitosas por un verano y otras que exceden el tiempo".