Entre los medios de comunicación, la expresión oral, es el más poderoso y más profundo, está siempre a nuestra disposición y verdaderamente puede cambiar nuestras vidas.
Es prácticamente imposible resistirnos a utilizar ese don natural que permite transmitir nuestras ideas y pensamientos a los demás. Es tan cotidiano y común que muy pocas veces podemos darnos cuenta si le estamos dando el uso correcto.
Utilizamos la palabra para todo. Con ella nos movemos, existimos, pedimos, aconsejamos, opinamos… en fin, casi todo es posible a través de la palabra.
Dice un sabio refrán: "así como es el corazón de un hombre, así es él". ¿Y cómo sabemos lo que está en su corazón? Por la forma en que se expresa, por supuesto.
El mundo en que vivimos en ocasiones lo hacemos inflexible e intolerable, pues nos hemos acostumbrado a usar un lenguaje brusco, poco amable y a decir cosas hirientes, a los demás y a nosotros mismos.
Si nos hacemos conscientes y evitamos palabras ofensivas o hirientes, resultaría más difícil crear enfrentamientos desagradables. En lugar de causar dolor a los demás, nuestras palabras podrían ayudar, apoyar orientar, y hasta curar a quienes la reciben.
Esta es la extraordinaria luz que aportaríamos a nuestros semejantes. Lo que decimos y cómo lo decimos son detalles importantes.
El buen uso de la palabra, es uno de los regalos más hermosos que podemos dar al mundo en que existimos. Utilizarla para el bien de la humanidad nos hace grandes, generosos y nos permite vivir plenamente en comunión con Dios al hacer honor verdadero al don que El ha puesto en nosotros.
La voz… la palabra, bien utilizada, en su sentido más profundo, resulta trasformadora y altamente creativa.
Lo que pensamos se convierte en palabras y éstas a su vez pueden crear nuestra realidad, nuestros pensamientos nos pertenecen y nosotros elegimos pensar, negativo o positivo y de acuerdo con ellos creamos nuestro presente y nuestro futuro.
Las palabras esconden genio, poder y magia. Hagamos uso de ellas para crear paz, armonía y bienestar en nuestras vidas y en la de todos los seres que habitamos este planeta.
Es impresionante ver cómo podemos influir de manera positiva o negativa en la vida de las personas haciendo uso de éste recurso. ¡Utilicémosla con responsabilidad!!!
Hoy, tenemos la oportunidad de hacer fluir la luz que habita en nuestro interior, permitiendo que salga a través de nuestros labios, un verdadero himno a la vida, con profundo respeto hacia los demás, reconociendo que lo que decimos es un reflejo de nosotros mismos y que todo es devuelto a su lugar de origen.
Nuestro desafío consiste en dar a la palabra su verdadero valor y cuidar que sea sinónimo de justicia, amor y respeto…
EMPECEMOS AHORA!!!