MADRID, España.-Estrena "Muñeca de trapo", primer single de su nuevo álbum y presenta Web Oficial con la cuenta atrás "Muñeca de trapo", es el primer single de Guapa el nuevo álbum de La Oreja de Van Gogh que se publica el 25 de abril de 2006.
Un inicio lento, con la voz de Amaia Montero acompañada por guitarras acústicas y sintetizadores y un crescendo hasta llegar a un estribillo enérgico apoyado por guitarras distorsionadas.
Guapa es el cuarto álbum de estudio de La Oreja de Van Gogh, está producido por Nigel Walker y su publicación coincide con el décimo aniversario de la creación del grupo. Contiene 13 canciones que mezclan el pop característico de la banda con reggae, ranchera, apuntes de bossa nova, gotas de los 60 y los 70, algún arreglo tecno y recuerdos a la música americana.
Guapa es un álbum abierto musicalmente y completa una década dorada para el quinteto donostiarra con más de cinco millones de álbumes vendidos en el mundo; 51 Discos de Platino y ocho de Oro; varios Premios de la Música, Ondas, Amigo y MTV; giras internacionales que incluyen conciertos en Latinoamérica, Estados Unidos y Japón.
El álbum Guapa celebra los diez años de La Oreja de Van Gogh con la canción "Muñeca de trapo" como presentación y la cuenta atrás en su Web Oficial acaba de empezar…
Historia del grupo
La Oreja de Van Gogh se forma tal y como es hoy a principios de 1996. Antes, Pablo, Xabi, Álvaro y Haritz se conocían de la universidad. Un buen día decidieron juntarse para (intentar) tocar algo de música como alternativa a las interminables tardes de verano en la playa de Ondarreta.
Castigando versiones de U2, Nirvana, Pearl Jam … etc. se atreven con sus primeras composiciones. De pronto se dan cuenta que necesitan una voz que lidere sus aún incipientes temas. Tras varios intentos con personas cercanas (la amistad primaba ante el criterio musical … ) y después de un encuentro casual de Pablo con Amaia decidieron incorporar una voz femenina a lo que desde aquel día ya era un quinteto.
Durante un año se dedicaron a juntarse cada viernes por la tarde después de clase para tocar en su local. Con más ilusión que nociones musicales comenzaron a componer temas que un año más tarde conformarían su primera maqueta. Con muchos fines de semana de desmedida (e improductiva) diversión a sus espaldas y unos recursos financieros extraídos de las vueltas del pan, consiguieron acabar una maqueta que sólo pudieron clasificar de "entrañable" …
Sin embargo, ya habían roto el hielo. Después de protagonizar un inequívico batacazo en el concurso Pop-Rock Ciudad de San Sebastián (que a tenor de lo que La Oreja de Van Gogh ofrecía por aquel entonces no hizo sino acreditar al concurso) el grupo se puso manos a la obra en una nueva maqueta con de cara a la siguiente edición del concurso … Efectivamente, la Oreja se hizo con el primer premio en aquella segunda ocasión. El momento de la entrega de premios lo recuerdan aún hoy como uno de los más felices de su vida.
Decidieron entonces probar suerte en el mundo discográfico. Y cual fue su sorpresa cuando una llamada les confirma el interés de una multinacional por la grabación de un LP, sobre todo teniendo en cuenta que era su primer intento. Así pues, de la mano de Sony Music llegaron al estudio de Alejo Stivel en Madrid. Poco a poco se fueron despojando del terror provinciano a la gran urbe llegando incluso a coger un metro por sí solos.
Por fín acaban "Dile al Sol", un primer trabajo de un grupo primerizo. Con "El 28" sonando en todo el país la banda no podía evitar detenerse cuando, andando por la calle, escuchaban su música. Poco a poco el público fue acogiendo su propuesta, con lo que sólo quedaba la más dura de las pruebas: el directo. Desde Navidad del año 98 hasta finales del 99, La Oreja de Van Gogh dio más de 150 conciertos. Al principio en condiciones más precarias y posteriormente en una gira organizada. Cerca de medio millón de personas han disfrutado del grupo en directo y todos han coincidido en destacar un sonido compacto y fresco con una puesta en escena que dejaba entrever que allí había cinco personas pasándolo realmente bien.
Tras un período de descanso que sirve a la banda para asimilar tantas nuevas experiencias (fans, entrevistas, fotos, TV …) se meten de lleno en la composición de su segundo LP. Repleto de nuevas ideas y rebosante de energía, "El Viaje de Copperpot" supone un lógico avance, aún manteniendo el espíritu de La Oreja, en su trayectoria musical. Un nuevo productor y un estudio de lujo hacen de la grabación de este nuevo LP una experiencia riquísima e inolvidable para el grupo.
A fecha de hoy, sólo queda esperar las nuevas comparecencias de La Oreja de Van Gogh en el medio musical así como una esperadísima segunda gira para descubrir en directo el nuevo trabajo del quinteto donostiarra.
Noticias y videos
"El viaje de Copperpot"
Goonies se hacen llamar los niños, en una de cuyas peripecias peliculeras se inspira La Oreja de Van Gogh, para dar título a su segundo álbum: aquel que, sin duda, reafirmará el éxito cosechado con "Dile al sol". Porque el grupo donostiarra continua tomándose el pop como un juego. Un juego, eso sí, serio, pero sin reglas que lo vuelvan cejijunto, cosa de músicos condenados a crecer y dejar de divertirse tocando…
En una de sus aventuras, los Goonies deben reunir dinero para evitar que a sus padres les embarguen la casa. Entonces, siguen la pista a un tesoro, cuyo mapa les lleva hasta el esqueleto de Chester Copperpot, el arqueólogo que en vano intentó cobrárselo. Y, aunque amateurs en la labor, al final son ellos quienes encuentran el tesoro… Los Goonies llegan, pues, con sus enredos allí donde los cazafortunas profesionales no pueden hacerlo.
Y lo mismo parece haberles ocurrido a los músicos de La Oreja de Van Gogh, alcanzando, con sus estribillos espontáneos, lo que no tienen aquellos grupos que se empeñan en redondear grabaciones comerciales… Eso sin dejar de ser un grupo de amigos. Amaia Montero a la voz cantante, Pablo Benegas a la guitarra y al bajo Alvaro Fuentes, Xabi San Martín a los teclados y Haritz Garde a la batería mantienen sin cambios su quinteto. Y, lejos de que el cansancio de las giras o las rivalidades por el protagonismo escénico les hayan afectado a las relaciones personales, su progresiva compenetración ha dado forma a una docena de nuevas canciones que romperán los esquemas de muchos. Sobre todo, los de aquellos que achacaron su afortunado debut discográfico a la suerte del grupo principiante…
"El viaje de Copperpot", en "versión" de La Oreja, se inicia con ese juego de ritmos directos que atiende por "Cuídate", todo un primer single pensado para reenganchar a los fans de su compacto anterior, pero, también, para ponerles en guardia frente a lo que se les "viene encima"… Porque si sus oscilaciones del reggae al pop descarado parecen suponer un suma y sigue musical, se pinta sólo el canto a la soledad beat y un puntito blues, que Amaia entona a continuación… Un tiempo medio en el que La Oreja de Van Gogh logra que la palabra "despedida" no suene triste.
Para seguir abriendo boca aparecen, después, los acordes con sabor repentino a music-hall, cabaret y carrusel que encarrilan su tonada a "París". Una tonada sentimental que, sin mayores referencias explícitas a la Ville Lumiére, tiene también arreglos de cuerda y voces de regusto soul. Nada que ver, sin embargo, con el divertido homenaje a la Bruja Avería que trae consigo "Dicen que dicen". ¿Qué chaval de veintipocos años no creció con aquel personaje de Alaska en la tele matinal de los sábados? Eso, para que la sorpresa y la caña al mono no decaigan en "El viaje de Copperpot"…
"La Playa" es un título que, a continuación, transmite cierto sosiego, llegados al ecuador del compacto y con las arenas de La Concha donostiarra en el recuerdo. Con todo, su final resulta apoteósico y sirve de preámbulo a los vientos que animan a "La chica del gorro azul", otro de los temas que podrían remitirnos al background popero que, hasta ahora, era santo y seña del quinteto, con sus añoranzas del cariño fugaz. Ahora bien, el aviso para navegantes llega, otra vez, con el in crescendo rítmico de "Mariposa", una reflexión de voz, teclado y loop, que paulatinamente se enriquece con la incorporación de otros instrumentos a su tesitura. Quiénes somos y adónde vamos…
¿Existe la casualidad en esta vida? ¿Cómo hubiera sido cada uno de nosotros, si nuestros padres hubieran esperado un segundo más, a la hora de hacer el amor?, parece preguntarse Amaia, dándole vueltas a lo que puede dar de sí el "efecto mariposa", la cadena de consecuencias imprevisibles que puede acarrear cualquier acontecimiento, por discreto y menudo que sea. ¿Quién iba a prever, por otra parte, que La Oreja de Van Gogh podía terminar poniéndose pelín filosófica?…
Otro corte de slogan cinematográfico nos llega con "Los amantes del Círculo Polar". Nada que ver con la reciente película del mismo título, pero sí con estrofas de atmósfera sideral y envolvente, para dar cuenta de una relación que nunca pudo ser. Claro que, acaso, la canción no podría explicarse en sus términos alegóricos, de no estar precedida en el compacto por las logradas estrofas de "Tantas cosas que contar". Y, sobre todo, por el tiempo contemplativo de "Tu pelo", una nueva manera romántica de ver lo que siempre ha mirado uno, los cabellos en la almohada del chico o la chica con quien lleva ya años de convivencia en pareja.
Realmente, nada resulta casual en este compacto. Ni el orden de sus canciones. Y lo prueba, a sus postres, la ironía que le pone galones a la reflexión en "La reina del pop". He ahí un tema de ecos nuevaoleros, en el que La Oreja de Van Gogh hila fino, entre el homenaje y la parodia, para referirse al mundo de los divos. Un mundo de lentejuelas que nunca le hubieran dejado soltura a un grupo para componer "Desde el puerto". Así se llama la canción marchosa que, compuesta y estrenada ya en su pasado calendario de giras, cierra el compacto de La Oreja, con un estribillo verdaderamente explosivo.
"Desde el puerto" encontró su sitio en "El viaje de Copperpot" por "aclamación popular", lo cual viene a demostrar que seguimos hablando de una banda muy viva en nuestra escena pop. Nada que ver, desde luego, con las bandas de un solo álbum que pueblan de posters las carpetas de los adolescentes. Y, sobre todo, ahora, que bajo la producción de Nigel Walker, La Oreja de Van Gogh ha logrado redondear una producción de bases rítmicas modernas. Bases tocadas o programadas por ellos mismos, con tanta tecnología punta a su servicio como buen gusto a la hora de recurrir a ella. El quinteto donostiarra compuso las canciones de su segundo álbum, entre los meses de enero y mayo. Un tiempo record, teniendo en cuenta que, en su local de San Sebastián, fueron capaces de tejer hasta 23 canciones, entre las que poder elegir una docena. Canciones incluso de despedida, entre otros motivos de tristeza, que sin embargo pudieran sonar risueñas…