Andrés Julio Espinal escribió en 1964 el libro Trujillo, Bosch y Yo; donde revela haberse reunido con Bosch en los días postreros de la Dictadura. Según Espinal, aquel tenía entonces la convicción de que el único hombre en capacidad de sustituir a Trujillo y gobernar la República Dominicana era él, Bosch, por lo que sería presidente durante muchos años. Ganó las elecciones de Diciembre de 1962, pero fue derrocado en 1963 con una secuela posterior terrible que involucró la guerra civil y una invasión militar norteamericana.
En el año 1986, el Dr. Ramón Pina Acevedo vendía la idea de que el estado no funcionaba bien porque estaba regido por una constitución diseñada por el Dr. Balaguer para su ejercicio personal del poder; que la única forma de salir del estado de postración y dificultades ocurridos durante los gobiernos del PRD (periodo 1978-1986) era restaurándolo en el poder. También ganó las elecciones; pero cometió un fraude en 1994 que casi nos arrastra a la guerra civil; solo evitada por un mamotreto de reforma constitucional y unas elecciones adelantadas.
Ahora es el Dr. Leonel Fernández quien está convencido de que, el trabajo de presidente es una posición que solo él está en capacidad de desempeñar. Su lema de campaña: vuelve el progreso, vuelve Leonel, el Presidente; lo delata. No aceptó que perdió las elecciones del año 2000 a manos de Hipólito Mejìa y siguió considerándose; El presidente en vacaciones.
Ahora, no solo quiere reelegirse sino dominar todos los poderes del estado; el Congreso, Consejo Nacional de la Magistratura y por consiguiente, la Suprema Corte de Justicia, JCE, Cámara de Cuentas, Tribunal Contencioso Tributario y los Ayuntamientos.
Víctor Grimaldi compañero en la Casa de Bosch del Sr. Fernández, acaba de lanzar la advertencia; el presidente actual aspira a controlar el poder absoluto y “establecer una tiranía bajo los términos cuasi militares con que se maneja la cúpula del PLD”. Y lo hace acusando a otros de ser lo que, sotto voce, tiene por estrategia propia.
La nación, el pueblo dominicano, está retado a impedir que los desastres de 1963 y 1994 vuelvan a repetirse de la mano de un presidente picado por la ambición irrefrenable. Lo mejor que nos puede pasar es que trabajemos unidos para cancelarlo del empleo voto a voto, primero el 16 de Mayo próximo, y luego, el 16 de mayo del 2008.
Ojalá que en el trayecto que falta por soportar, no invente otro camino fuera del que establece la norma constitucional, para bien de la estabilidad política y la gobernabilidad.