Mucha gente que se oponía a la acción bélica de Estados Unidos en Irak lo hacía no porque Saddam Hussein se merecía estar en el poder.
Mucho lo hacían convencidos de que lo peor iba a venir después de Hussein,
Y ya lo estamos viendo. La división religiosa de Irak es más peligrosa que el mismo Saddam.
Se sabía que el régimen de Saddam fue, hasta cierto punto, el resultado del esfuerzo mismo que hace una nación para unificarse.
En ese empeño se paren engendro como Hussein, al igual y como los dominicanos tuvimos a un Trujillo.
Irak está envuelto en una guerra civil. Los grupos chiíes y zuníes prácticamente se han declarado la guerra.
Se ha iniciado una guerra fratricida entre facciones religiosas. Porque eso es Irak un archipiélago de sectas y grupos en lucha permanente.
Ahora, la resistencia armada contra las tropas norteamericanas y aliadas pasará a segundo plano.
Eso, alguien podría pensar, conviene, porque si los iraquíes se matan entre ellos, no tendrán tiempo para matar a los militares estadounidenses.
No faltará quien diga que esa división la promueve Estados Unidos, cuando la culpa de los Estados Unidos ha sido haber intervenido allí obviando el detalle de la lucha religiosa.
La guerra civil entre facciones religiosas no conviene a Estados Unidos, porque prueba la falta de previsión de las cabezas que planearon invadir a Irak para derrocar a Hussein.
No conviene, tampoco, porque demuestra que todo lo que se ha venido pregonado de que la democracia está renaciendo allí es pura palabra. Con lo que está pasando queda claro que esa gente tiene su cabeza en otro escenario.
No conviene porque complica el escenario y la pacificación será imposible de lograr hasta que no haya un grupo religioso vencedor.
El presidente George Bush, debe ahora de estar muy atormentado, porque cómo encararían las tropas de su país un estado de Guerra Civil.
De seguro que le sería muy difícil y mas riesgoso, porque para cualquiera de los lados que se incline, al final, será Estados Unidos que cargará con la peor parte. Obviamente, Irák siempre pondrá los muertos.