De Amable Aristy, Danilo Medina sigue a la espera

Hay algunos políticos dominicanos que se creen con derecho para actuar de la misma manera que lo hacía el rudo policía en la calle -ya no como el comic de la serie televisiva- creyéndose con licencia para matar. Y debo aclarar de entrada, que Timothy Dalton, protagonista de la versión Agente 007 que dirigió John Glen, no es un simple policía, de la misma manera que no debería ser un político cualquiera un hombre que como Amable Aristy Castro aspira a la Presidencia de la República. Sin embargo, Aristy Castro, actual secretario general de la Liga Municipal Dominicana (LMD) se destapó recientemente con unas declaraciones que parecieron normales dentro de la maldita costumbre que como la “ratería delincuencial”, los juegos de azar, las drogas, las extravagancias en las vías públicas y los desnudos al estilo estudiantes de la UASD, amenazan con arropar la vida pública dominicana sin darle tiempo a la gente para reaccionar. De acuerdo al hábil político de la provincia La Altagracia, desde el gobierno trataron de comprarlo, ofreciéndole “lo que sea” para que hiciera fracasar la alianza entre los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista Social Cristiano (PRSC). Para el observador astuto, que no se deja distraer por la fantasmagoría, las declaraciones de Aristy Castro, se prestan para varias lecturas, cuyas conclusiones ningunas favorecen a quien se considera el artífice de la llamada alianza rosada. Una de ellas parece se la dio Danilo Medina, el influyente secretario de la Presidencia, quien ni tonto ni perezoso emplazó a Aristy Castro para que diga cuál fue la persona que desde el gobierno trató de “sobornarlo” con tan tentadora oferta. Sin ningún reparo ni medición de consecuencia, Aristy Castro lanzó su ráfaga hacia el Palacio Nacional, y muchos pensaron inmediatamente en Danilo Medina, quien desde una década hacia acá, es el dirigente peledeìsta que ha encabezado las negociaciones de su partido con otras fuerzas políticas. Amén de su influencia en el gobierno, a Danilo se le considera un exitoso concertador político, desde su paso por la Presidencia de la Cámara de Disputados, a mediados de los años 90s, de cuya reelección, cual tenía asegurada, desistió para ponerse al frente del proyecto político que años más tarde llevaría a Leonel Fernández al poder. Luego en el año 2000, fue el candidato presidencial del PLD, en unas elecciones cuyos resultados no le favorecieron, siendo él, Danilo, el primero en reconocerlo a favor de su oponente Hipólito Mejìa, evitando así los escarceos y las complicaciones de una segunda vuelta que era reclamada por algunos sectores políticos que alegaban que el candidato perredeìsta no había alcanzado los votos necesarios para ser proclamado triunfador. El reto de Danilo Medina sigue en pie a la espera de que Aristy Castro identifique al que intentó “sobornarlo” desde el gobierno, ofreciéndole “lo que sea”. Cuando Aristy Castro alega que le ofertaron eso, algo así como un cheque en blanco para que fuera él quien pusiera la cifra, queda implícito de que quién le habría hecho la propuesta no era un funcionario cualquiera con oficina en la mole palaciega. Sólo un Presidente de la República o un Secretario de la Presidencia con el poder de Danilo Medina, están en capacidad de hacer tan tentadora oferta, y por ello, y por las conjeturas políticas que lo dicho por Arisy Castro podría estar generando, fue que se produjo el correcto emplazamiento del alto dirigente peledeìsta. Hasta ahora, Aristy Castro, quizás como forma de ganar tiempo y sacudir el polvo, se ha limitado a decir que Danilo Medina conoce muy bien la persona que le hizo el ofrecimiento, lo que en lugar de despejar el panorama ha creado más confusión. En un esfuerzo vano por subsanar la parte de su pronunciamiento que sabe no le hace bien, ha intentado aclarar que no habló de compra, sino de ofrecimiento o propuesta “de lo que fuera” para que tal alianza no prosperara. ¿¡Se oye o no se oye!?, exclamaría un eterno balaguerista intentando descifrar la contradicción lingual del “elocuaz” político higueyano. Mientras tanto, Danilo Medina mantiene su emplazamiento para que Amable identifique a la persona y no que simplemente diga que aquel la conoce. La opinión pública sigue atenta a este match y está a la espera de que Aristy Castro cumpla con el pedido, identificando con nombre y apellido y no con indirectas y simples alusiones, al “todopoderoso personaje” que desde el gobierno le planteó hacer fracasar la alianza reformista con el PRD, a cambio de villas y castillas. Un hombre como Aristy Castro, que (repito) aspira a la Presidencia de la República, está en el deber de obtemperar al emplazamiento, por que de lo contrario podría quedar muy mal parado ante el país político y la opinión ciudadana. De hecho y a mi juicio, sus declaraciones fueron desafortunadas y una metida de pata para un político de sus aspiraciones y experiencia. Si fue verdad que le hicieron la oferta que dé nombre e identifique oficina palaciega; y si fue mentira y sólo lo hizo para llamar la atención, vale decir, para fabular su palestra, que no diga nada, que después del palo dado ni Dios lo quita. De cualquiera forma habrá consecuencia no del todo buena para el amable político de la virgen patrona de Higuey, como por ejemplo, la creencia, de la gente, no del todo religiosa, de que, al que le ofrecen de esa manera, es porque de antemano se sabe puede ser pasible o presa de esa otra maldita costumbre, de que todo tiene un valor en el mercado, mucho más en la política, y que como nos dice Víctor Manuel en su casi eterna canción, “todos tenemos un precio, todo se compra o se vende, del comerciante al artista intercambian su divisa…

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