New York.- Hoy ejerceremos un derecho tan humano como necesario, obviamente sin partidismos y posicionamientos en uno u otro bando. Antes de
La democracia en la República Dominicana tras años de curtirse bajo el sol caribeño, ha brindado la oportunidad a los que nacieron siendo y a los que han querido pero nunca llegan.
Política es evitar los males, ejecutando las leyes con real voluntad implantando organización, métodos de trabajo y reeducando a la sociedad. O sea, reinventar un gobierno y mejorar la capacidad de gobernar integrando a todos y cada uno de los ciudadanos; regenerando los valores de los criollos. Es un crimen político mantener un país ahogado en la miseria comprando conciencias.
¿Qué es la gobernabilidad? Genera ésta algún progreso? o ¿solo verborragia del conjunto de palabras que emanan de la globalización, sanará la globalización los entuertos de la Rep. Dominicana? y ¿Que beneficios traerá el TLC a Quisqueya? Será todo esto fuente rápida de aprovisionamientos para políticos. ¿Traerá más sueldos de hambre para los ciudadanos de apie?.
Todos los cuestionamientos arriba planteados obedecen al título de este articulo y por lo cual hoy estamos severamente preocupados. Quince años atrás, o mejor dicho, si un hombre de la experiencia de JB estuviese entre nosotros, los dominicanos no tendríamos miedo al futuro pues la experiencia no se improvisa y los conocimientos menos.
¿Podría cualquier gobernante de turno redefinir el perfil de una Quisqueya saqueada, cuando actualmente el progreso está refractado? ¿Dónde esta el dinamismo y la creatividad de un mandatario?. La lucha de los criollos se ha convertido en fatiga y a ellos no se les puede venir con cuentos de camino. ¿Dónde está el As bajo la manga? ¿Y la varita mágica con la estrellita amarilla en la punta?.
Lo anterior es interesante, pero planificar para el futuro lo es más porque hay que ocuparse para no preocuparse, por ejemplo: rediseñar un programa de gobierno donde las tomas de decisiones sean enérgicas no dictatoriales. Levantar la autoestima de la ciudadanía y empleados públicos con nuevos alicientes ya sea de forma cultural y bonos por “trabajos realizados”.
Adaptar la infraestructura física del país acorde a la actualidad y sus necesidades básicas. Reconfigurar un nuevo mercado y empleos; que las donaciones internacionales puedan ser tangibles para los nacionales; que no queden en los bolsillos de los funcionarios; y a éstos hacerles un arqueo periódico en las instituciones que ellos administran. No inventar con Islas y fantasías espectaculares; sino introduciendo mejoras graduales: aceras. contenes, drenajes pluviales, mantenimiento de las plantas físicas de escuelas públicas y hospitales. Abolir las ONG que succionan el erradios públicos sin aportar ningún beneficio a la sociedad dominicana.
Un buen estadista (nace) debe tener visión de inventor, el tesón del Quijote, la avaricia de la madre Teresa de Calcuta y la constancia de una gota de agua; pero sobretodo pensar que el futuro es “HOY” y no creerse un intelectual despreciador del consumismo, bañándose en las mieles del poder que éste le provee. No fomentar y otorgar a su circulo todo lo que la corrupción trae consigo.
La Rep. Dominicana se ha convertido en el baúl de los tesoros con presidentes antieconómicos adoptando tácticas dilatorias para solo mantenerse en el poder hasta la reelección y demás “prebendas” internacionales pisoteando de esta manera y sin miramientos a sus conciudadanos que están al borde de un colapso al igual que la patria. Que Dios nos agarre confesaos.