Un dilema mantiene a los artistas criollos preocupados, y tiene que ver con el poco apoyo que reciben de sus representantes discográficos, en el caso de aquellos intérpretes que, afortunadamente, tienen un convenio de esa naturaleza. La situación es que en el país son cada vez menos las casas discográficas, dispuestas a promover el talento nacional, sea un artista nuevo o establecido, y las que están se muestran ultraconservadoras a la hora de invertir en ese sentido.
El merenguero Sergio Vargas dijo en una ocasión que no entendía por qué si las disqueras se quejaban tanto de la piratería y la poca rentabilidad que significa invertir en un artista, (disco, promoción..) porqué se resistían a abandonar el negocio.
En el caso de Vargas, el artista se ha tomado su tiempo para pensar a quién le cede sus derechos como artista, porque cuenta con los recursos para producir sus producciones discográficas.
Actualmente, el intérprete de “La quiero a morir” puede darse el lujo de grabar un disco sin la presión que significa pertenecer a un sello discográfico. Sergio no es el único que está conciente de este problema.
La mayoría de los artistas lo saben, pero se niegan a plantear el problema en público, prefieren hacerlo “off the record”.
Mientras tanto, la situación sigue repitiéndose. Nuevos talentos caen en el “gancho” de empresas discográficas y luego para obtener el “realease” y continuar su carrera con normalidad, estos prácticamente tienen que hacer magia.
Ahí están los casos de Ramón Orlando, Maridalia Hernández, Rubby Pérez y la lista cada vez se hace más larga. Se habla de que las discográficas se “autopiratean”, práctica que aún no se oficializa debido a los conflictos legales que esto representaría.
Pero sucede algo aún más delicado, cuando algunas empresas discográficas fichan a un talento con el interés de bloquearlo para que otro talento de su catálogo pueda mantenerse vigente en el negocio.
Es muy conocida la frase de que “la disquera no está haciendo nada por mí, no me están trabajando”, en boca de muchos merengueros y artistas criollos. Si un artista se queda a expensas de que su disquera sea la que mueva su carrera desaparecerá del escenario.
Sobre eso, hay que actuar, pero son los propios artistas quienes deben trabajar con ese objetivo, por más que los medios aborden ese problema, la situación seguirá igual para perjuicio de los intérpretes.
Se sabe de algunos artistas que pertenecen a uno de los sellos discográficos que operan actualmente en el país, que están interesados en lograr su libertad empresarial, sin embargo, pese a ser una de las disqueras que más apoya el talento local, en los últimos años se está dando una situación con la que no están de acuerdo algunos talentos de esa compañía.
Firmar es muy fácil, trabajar y cumplir con los acuerdos establecidos es lo más difícil.
La decisión aunque no parezca ser así, la tienen en la mano los artistas, de ellos dependerá que la actitud de estas “empresas”, cambie.
Ya muchos han dado el paso paso al convertirse en los propios garantes de sus carreras, porque se han resistido a ser uno más del catálogo.