BOSTON.-Ahora quiero defender a Alex Rodríguez, (A-Rod), como los gringos abreviaron su nombre, y lo defiendo porque “farsantes” con acceso a los medios quieren acabar con el al amparo de un falso patriotismo. Porque Alex no se mete con nadie, su único delito es ser una famosa estrella del deporte. Un caballero educado, humilde, decente con una conducta -hasta ahora y hasta prueba en contrario- intachable, cumplidor, buen amigo, bueno hijo, respetuoso del derecho y la libertad ajenos. Nunca ha proferido insultos contra ninguna persona, ha mantenido una cordial relación con los medios de prensa. Nunca ha respondido airado contra los comentarios adversos que han osado hacer algunos periodistas (sobre todo de Republica Dominicana).
Y a ellos van dirigidas estas líneas. Armaron tremendo alboroto cuando a Alex Rodríguez le dieron unos segundos para que dijera su nombre y el país donde había nacido. Hizo lo correcto, decir “Alex Rodríguez de Estados Unidos”. Estoy seguro, que si hubiese tenido el tiempo de hacer un elegante discurso y hablar de sus orígenes, la República Dominicana seria el núcleo central de esa alusión. Pero no fue asi, el tiempo no era para eso, ademas de que hubiese sido una actitud imprudente de su parte hacer, en esa ceremonia, un recuento familiar.
Ahora resulta, que desde aquí y de allá se pretende volver a tomar la “salten por el mago”, sólo porque A-Rod decidió, finalmente y después de mucha vacilación, jugar para el equipo de su país, ESTADOS UNIDOS, en el Clásico Mundial de Béisbol que se realizara este mes de marzo, y en el cual participaran 16 países. “Vuelve el perro arrepentido”, el talentoso pelotero, otra vez, es el centro de una andanada de duras críticas. Pregúntele usted, amigo lector, cuántos de esos que tratan de arrojar lodo y basura sobre la imagen de A-Rod, han vendido su pluma y se han postrado a los más oscuros intereses de nuestra patria. Espero las respuestas.
Ahora bien, el lo ha dicho con mucha sinceridad y bastante franqueza, se siente “más dominicano que el plátano”, eso y solo eso debe servir de orgullo a todos los que nos consideramos dominicanos, que un extranjero, porque eso el, un gringo o ciudadano norteamericano, como les quieran llamar, se exprese de esa forma sobre la República Dominicana y albergue un sentimiento tan profundo en una frase tan sencilla, lo que no hacen todos esos “falsos patriotas” que viven hablando pendejadas en cualquier espacio de televisión, radio o prensa escrita.
Esos son los primeros que se venden al “mejor postor” para acallar situaciones que realmente hieren la dominicanidad, esa patria que nos legaron Duarte, Sánchez y Mella, y por la que varias generaciones de dominicanos ha derramado su sangre para que tengamos el mamotreto de democracia que hoy exhibimos al mundo.
La verdad, es que el derecho está por encima de cualquier prejuicio social, económico y político. Muchos dicen que A-Rod debió imitar las actitudes asumidas por Miky Piazza y Normar Garciaparra, que decidieron jugar para los países de sus ancestros, México e Italia, respectivamente. Ese es su derecho, su libre decisión porque, fundamentalmente, el derecho de elegir forma parte de las reglas del torneo, el no estaba obligado a jugar con el equipo dominicano, talento demás tenemos para integrar una buena selección que nos represente en la justa beisbolera. Ademas, Manny Ramírez acaba de anunciar que no jugara con el equipo dominicano en el Clásico, nadie puede condenarlo por eso, ni crucificarlo.
Alex se siente dominicano, y yo creo en su sinceridad, porque nuestro país esta lleno patriotas de “pacotilla”, esos apatridas que están enclavados en las instituciones del Estado Dominicano. Están en el Gobierno, en el Congreso, en la Justicia, en los partidos políticos –de izquierda, derecha y del centro-, en los sindicatos choferiles, en las organizaciones empresariales, en los comerciantes, hasta en las iglesias –y que me perdonen los verdaderos cristianos- podemos encontrar canallas hablando en nombre de la patria.
Canallas son, apatridas son, anti-dominicano son esos que se roban los recursos del país; esos que gozan de inmunidad para hacer lo que les venga en ganas con los dineros del país; esos que hoy permiten que nuestro territorio sea pisoteado nuevamente por las botas extranjeras, con una excusa pendeja; los que desfalcaron a Baninter y otros dos bancos; los que buscaron (y los que se pondrían a buscarla) la reelección presidencial contra la voluntad del pueblo.
En días atrás, me decía Michael Miguel Holguín, presentador del programa El Poder de las 12, de Supercanal que la dominicanidad “esta amenazada”, pero esa amenaza proviene de los mismos dominicanos que en el dia-dia viven bajo el lema de “sálvese quien pueda”, olvidándose que la patria necesita de hombres y mujeres capaces de entregarlo todo por ella.
No defendamos la dominicanidad condenando a Alex Rodríguez, no, defendámosla castigando a los corruptos, gobernando para acabar con la pobreza de espíritu y la pobreza económica del país; defendamos la dominicanidad combatiendo con firmeza la delincuencia y criminalidad que azotan a la patria.
Estoy seguro, que desde las alturas, el maestro, Don Pedro Mir, estaría en primera fila declamando o simplemente leyendo sus poemas HAY UN PAIS EN EL MUNDO Y SI ALGUIEN QUIERE SABER CUAL ES MI PATRIA, para decir con expresión poética: Fuera Yankee de Quisqueya.