NAGUA, María Trinidad Sánchez.- El asesino del general Juan René Beauchamps Javier cuya muerte fue atribuida en principio a un hijo del coronel Francisco Alberto Caamaño Deño nacido en Cuba, fue condenado aquí a 30 años de cárcel (pena máxima) por un tribunal liquidador que lo encontró culpable también de matar a un ciudadano canadiense de origen francés.
Se trata de Ángel Martínez Candelario (Angito), cuya jueza que lo condeno Niurka de la Cruz de León se lamentó de que no existiera una pena más dura en la Ley dominicana para hacerle pagar por el asesinato de Beauchamps Javier y Robert Hepier
Angito fue acusado de violar los artículos 296 hasta 298 y el 331 del Código Penal viejo, sobre robo, violación, atraco, así como el 236 sobre porte y tenencia de arma.
Durante el proceso fue visto sereno, y luego, cuando escuchó la sentencia en su contra, mostró toda la impotencia de un hombre derrotado que ahora se pasara media vida privado de su libertad.
Fabián Mercedes, abogado de Angito, dijo de inmediato que apelará la sentencia porque “da vergüenza que existan jueces que sirvan a la oscuridad, ya que los errores del procedimiento de las piezas del expediente que presentó el Ministerio Público son violatorios”.
El Ministerio Público pidió una pena de 30 años de cárcel para Angito, mientras que su abogado Mercedes Hernández pidió su descargo por insuficiencia de pruebas.
La jueza liquidadora Niurka de la Cruz de León se retiró a deliberar pasadas las seis de la tarde y regresó cerca de las doce de la noche.
Beauchamps Javier fue asesinado en su casa campestre en la comunidad de Abréu, del municipio de Cabrera, provincia María Trinidad Sánchez. En la audiencia de fondo fue citada Mari Guzmán, testigo acusadora.
Se recuerda que un hijo del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñò, nacido y criado en Cuba, fue originalmente relacionado con el hecho de sangre.
Se especuló para entonces que tras cometer el hecho y haber recuperado el fusil conservado supuestamente por Beauchamps Javier, el joven Caamaño abandonó su trabajo en una zona turística del Este y se fue nuevamente a Cuba creyendo haber vengado a su padre.
Juan René Beauchamps Javier era uno de los jefes militares cuando el desembaerco de Caamaño Deño y se dice que como premio por haber ordenado el fusilamiento del lìder la Revoluciòn de Abril del 65, el presidente Balaguer lo nombrò Secretario de las Fuerzas Armadas cuatro años despuès.
Hay quienes en el país juran que fue el hijo de Caamaño de igual nombre que su padre, quien mató a Beauchamps Javier y no Martínez Candelario (Angito), quien tras escuchar el veredicto en su contra dijo que le pide a Dios que le ayude a cumplir la sentencia, ya que fue usado como “chivo expiatorio” en el caso.
Dijo que todo el mundo sabe quien fue el asesino y que si bien él ha cometido muchos errores, se le está condenando por un crimen que no cometió.
ESTO LO DECLARO ANGITO HACE DOS AÑO
El recluso Ángel Martínez (Angito), luego de varios años en prisión, reveló anoche que fue contratado por un militar de alto rango para matar al general retirado del Ejército Nacional, Juan René Beauchamps Javier, el 26 de diciembre del 2000, en su casa de campo de la comunidad Abreu, provincia María Trinidad Sánchez.
La revelación la hizo en el programa “Nuria’’ que difunde la periodista Nuria Piera, por el canal 9 de Color Visión, alegando que se siente traicionado y que su vida corre peligro, por lo que la productora del programa decidió omitir el nombre del militar de alto rango inculpado y que el vídeo original ha sido depositado ante el Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, a fin de que se investigue la situación.
Según Angito, entre las exigencias del contrato figuraba llevarse el fusil del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó que conservaba Beauchamps Javier, además del reloj y un revólver.
“Yo, eso recogí, ni siquiera en los bolsillos le metí la mano, porque me dijeron que nada más era eso ’’, agregó Angito, quien precisó que habían acordado que la yipeta lo estaría esperando, pero no ocurrió así y por esa situación se dirigió a un lugar donde escondió el fusil y demás objetos.
Indicó que luego cogió una guagüita hacia el brujo, quien le dijo que se fuera y no regresara hasta que se le avisara. “Me había mandado a preguntar que a dónde me podían entregar el dinero, pero yo me asusté, cogí temor de que en ese sitio podrían tratar de salir de mí’’, afirma.
Relató que la noche del crimen ellos habían calculado que Beauchamps iría a la casa y por eso lo mandaron a buscar y le dijeron que ese día era el trabajo, por lo que fue llevado cerca de las 10 de la noche a la finca de Beauchamps por el chofer del brujo, en una yipeta roja, además de que le habrían dicho que si el general llegaba con refuerzo que saliera del lugar y no hiciera nada.
Angito aseguró que los arreglos finales del trato se realizaron en un lugar llamado El Muro, en la Presa de Hatillo, Cotuí.
“Cuando se desmonta, hace así y me da 50 mil pesos y me dice que eso era un avance para que yo me estuviera moviendo”, subraya, además de decirle que si necesitaban verse debían hacerlo en una cabaña turística a la salida de Cotuí, cerca del río Yuna, cuyo nombre del dueño revela, pero es omitido del vídeo difundido anoche por televisión.