De los periódicos y los periodistas se habla mucho, y se les sindica con gran facilidad como buscadores de prebendas, principalmente entre los políticos, pero esa no es toda la verdad del asunto. Si hay periodistas, en el gobierno de Balaguer, en los del PRD, y en los del PLD, que se hicieron de grandes fortunas, que consiguieron dos y tres apartamentos, que se dieron la gran vida, pero esa es una minoría que respondía a determinado funcionario, o candidato, yo puedo decir que nadie defendió más a Minou Torres siendo Administradora de Bienes Nacionales y no tengo apartamento, ni solar, ni a mi nombre ni al nombre de nadie, vivo en casa alquilada.
Lo mismo puedo afirmar de mi trabajo para Jacobo Majluta, excelente amigo ido a destiempo, y de Peña Gómez, pero ninguno de los dos me dejó rico ni siquiera en posición de poder decir que tengo algo material.
Las bocinas, las de este gobierno, y la del gobierno pasado guisaron muy bien, y siguen en lo mismo porque tienen la capacidad de cambiar de chaqueta como si nada y no le temen lo que le digan.
Muchos tenemos programas de Radio que no podemos mantener y que vamos a tener que cerrar en tiempos en que todos los partidos tienen para dar anuncios, pero los altos dirigentes de los partidos no quieren flojar los cuartos, sino para beneficio de ellos y los de ellos.
Así las cosas el PRD y el PRSC les dejan los comunicadores y los medios a los que pueden y quieren tenerlos, y luego quieren poner a los periodistas por el suelo.
De una vez y para siempre, es necesario decirlo, los periódicos no pagan, los periodistas viven casi en la indigencia, en tres o cuatro empleos, o cuando tienen de que vivir por herencia o sencillamente porque sirven de Relacionadores Públicos a políticos y funcionarios, escriben discurso y también escriben artículos en beneficio de tal o cual causa, todos, absolutamente todos, porque de lo contrario no se puede vivir de una profesión mal pagada, y desacreditada.
Es necesario quitarle la carte a los políticos, es mentira, ellos no dan, ni en el gobierno ni en la oposición, y si lo hacen es precisamente para tener bocinas que defiendan sus inconductas, pero todos, todos, no son más que unos mentirosos, desacreditadores de periodistas y periódicos y saben que ellos tienen sus gentes, pero que no es verdad que la prensa en nuestro país está en venta ni vendida, es mucho lo que hay que trabajar para poder vivir.
Por lo menos lo que no hemos tenido la suerte de conseguir un amigo, un político de corazón sensible, que por lo menos pague bien cuando uno le sirve.