Los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana parecen tener licencia para hacer y deshacer, desde la oposición y desde el gobierno. Al PLD todo le luce. Puede prometer y no cumplir. Puede mentir una y otra vez y a nadie parece importarle. Eran malos los bonos soberanos de Hipólito Mejía, pero son buenos los mismos bonos soberanos de Leonel Fernández. El PLD se opuso a todos los proyectos de préstamos presentados por Hipólito argumentando que el país "había agotado su capacidad de endeudamiento". Pero al ritmo que van las cosas, este gobierno terminará cogiendo de 5 mil millones de dólares. ¡Y cuidado! Ha tomado ya unos 2 mil 700 millones.
El PLD hablaba de la "cualquerización" de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional por los ascensos y la cantidad de generales en el gobierno pasado. Lo que sucede ahora es más grave. Pero nadie dice nada. Todo bien.
La politización de los cuerpos castrenses y la Policía es sólo comparable con la tiranía trujillista, pues las nuevas generaciones no conocieron las degradaciones ni las retaliaciones políticas a los niveles actuales.
La quiebra de los bancos privados, según los expertos internacionales, es resultado del fraude. Pero el presidente de la República y su partido insisten en decir que no, que el culpable es Hipólito Mejía y el PRD. Nadie ve mal que el abogado que litiga contra el Estado sea al mismo tiempo secretario de Estado. Nadie ve mal que el presidente de la República se haya declarado "vinchista". Todo el mundo sabe de los millones depositados en uno de los bancos quebrados a nombre de quien hoy es la esposa del mandatario, todos sabemos de la relación profesional y personal del presidente con los dueños de uno de los bancos, pero nadie dice nada. A nadie le resulta inmoral ni bochornoso. Nadie cuestiona la formación de una Fundación desde el poder ni los cientos de millones de pesos recaudados desde el poder. Nadie cuestiona que el presidente firme acuerdos educativos y de otra naturaleza para beneficio de su Funglode.
A nadie se le ocurre cuestionar las labores "extracurriculares" de la Primera Dama, ni el manejo de un abultado presupuesto. Ni las fotos en su nuevo "Cidi" enviado a la prensa donde se destaca la bandera nacional. Nadie cuestiona nada en la prensa, salvo, como siempre, honrosas excepciones.
A nadie se le ha ocurrido investigar de dónde sacan recursos los partidos aliados al PLD. Nadie quiere decir nada sobre la "sustitución de cuñas", ni sobre las comisiones en radio y televisión. ¿De dónde saca tanto dinero el gallo, el toro y el caballo, para sólo citar algunos animales?
El PLD puede llevar en su boleta a tránsfugas, mercenarios, riferos, dueños de bancas…, pero nadie dice nada. Pero si fuera el PRD, si fuera el PRSC, otra fuera la historia.
Al gobierno todo le queda bonito. El presidente puede decir una cosa hoy y otra mañana. Y nadie se lo saca en cara. Puede mentir incluso ante la Asamblea Nacional sin que nadie diga nada, como acaba de suceder nada más y nada menos que el 27 de Febrero, fecha de nuestra independencia. .
Definitivamente en este país al que le quieren dar es igual que al que le quieren quitar.
A nadie parece importarle que el PLD esté comprando dirigentes y candidatos de oposición. Pero cientos de millones de pesos, que bien podrían ser invertidos en salud y educación, se gastan en la compra, como ganado, de hombres y mujeres del PRD y del PRSC, en un acto inmoral y vergonzoso. Resulta penoso que el partido de Juan Bosch, que usó aquella consigna de "vergüenza contra dinero", esté utilizando los recursos del Estado para comprar y corromper. Es penoso que otra vez haya que gritar: ¡Vergüenza contra dinero!
Durante más de 23 años, desde 1973 hasta que llegó al gobierno en 1996, el PLD estuvo condenando los fraudes electorales de Balaguer, la corrupción que permitió 300 millonarios. Uno de sus principales dirigentes dividió el país en peledeístas y corruptos. El PLD tenía la solución a todo. Aseguró que resolvería el problema eléctrico en tres meses. Todos sabemos lo que ocurrió. "Ahora estamos peor que antes", dijo uno de los artífices de las privatizaciones, Temístocles Montás. Pero nada sucede. De la corrupción nada. Todos sabemos que los "comesolos" entraron en chancletas y salieron en pipetas. Todos sabemos lo que pasa en materia de corrupción. Pero al PLD y al gobierno todo les luce, todo les queda bonito. Ellos son los dueños del circo. Ellos pagan las bocinas.