Cuando el amor se diluye se somete a la implacable razón del dolor.
El dolor de la ausencia; la razón se esfuma en vericuetos incomprensibles, en soledades de abismo que transforman la paz.
Amar es sencillo. Se requiere la amada y el amado, si implantes de codicia.
Que todo amor obre en su sencillez, sin las apetencias de futuros inciertos; que sea amor, nada más.
En los torbellinos del amor, la sonrisa es un estandarte alto, es bella; barca navegando ligera.
No hay lisonjas al futuro ni amarres inconfesos a la pasión.
Sencillamente amar, sin aspiración alguna.
Eso es el amor, y nada más. ¿Por qué complicarlo?