He estado durante muchos años identificado con la lucha contra el narcotráfico que mantiene la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) contra el narcotráfico y otros crímenes conexos. Y sigo al lado de esa institución en esa tarea, muchas veces desigual, para lograr, en la medida de lo posible, que los narcotraficantes y sus patrocinadores no sigan ampliando su radio de acción.
Mi compromiso, en este caso, no es con la DNCD, sino con el país, porque tengo hijos y sobrinos, porque tengo amigos que también tiene hijos, sino para los jóvenes no caigan en la endemoniada trampa llamada droga. Ese compromiso, insisto, se mantendrá incólume hasta que Dios disponga la contrario, actitud que mantienen cientos de personas que han asumido esa tarea.
No hay dudas de que ese tipo de crimen organizado, bien estructurado y apoyado, ha alcanzado niveles insospechados. Las mismas autoridades han tenido o tienen que admitirlo, porque el sol nunca se puede tapar con un dedo, como se dice en la calle cuando alguien pretende o quiere esconder la realidad. Hay mucha droga, el mercado se ha ampliado o sea que la demanda es mayor.
Hacerse eco de que en 2005 fueron ocupados miles de kilos de diferentes tipos de drogas (cocaína, marihuana, heroína y crack) no es un logro. Como tampoco es una victoria contra el narcotráfico en los pasados 12 meses fueran arrestadas cerca de 3 mil personas por violar la Ley 50-88. Que la decomisen está bien, porque revela que se está trabajando, pero de ningún modo es un logro.
Más bien podríamos decir que tanta droga confiscada significa una derrota de toda la sociedad frente esa deleznable crimen, del que sin dudas se benefician muchos. Las cifras reveladas por la DNCD son reveladoras de que la República Dominicana está atrapada en una red y que, como van las cosas, solo la providencia divina podría ayudarla a zafarse de ese estrangulamiento.
Oficiales de mucho prestigio que han trabajado o trabajan en la DNCD admiten que en un momento determinado, para no decir en el último lustro, fueron mantenidos con ´con las manos atadas´. En otras palabras eso implica que tenían serios problemas para actuar, porque los patrocinadores del tráfico de drogas habían penetrado de forma severa en algunos estamentos. Los ejemplos hay por montones.
Eso se reflejaba en el mercado interno de las drogas. Los agentes de la DNCD tenían prohibido ´tirarse´ en los barrios de la parte alta, dando lugar a un crecimiento desbordado y vertiginoso de los puntos de venta de drogas. Era y sigue siendo tan grave la situación que un oficial general -que trabajó mucho tiempo en la DNCD- estima que en el país hay unos 20 mil puntos de venta de estupefacientes.
Me mostraba ese oficial en su lap-top un archivo de fotografías de los principales distribuidores de cocaína de los barrios donde las bandas de narcotraficantes hacen de las suyas, sin importar que allí esté la Policía con el llamado ´Barrio Seguro´, a pesar de que las cosas han comenzado a cambiar. Ese sería un buen referente para los organismos de inteligencia actuar contra el crimen organizado.
Lo único que hay que decir es que si se atrapa tanta droga es muy probable que la ´coronación´ decenas de alijos sea una realidad. Se sabe que las FFAA y la Policía apoyan en forma decidida a la DNCD, pero a veces ser filtran datos del celo que tienen ciertos oficiales antidrogas, sin darse cuenta de que la lucha debe estar sustentada en un esfuerzo conjunto para poder ´darle en la madre´ al narcotráfico.
Causan tranquilidad algunos anuncios hechos por el doctor Marino Vinicio Castillo (Vincho), secretario de Estado y asesor en materia de drogas del presidente Leonel Fernández, quien hace poco se reunió con las autoridades del área para trazar estrategias específicas y reales para combatir el narcotráfico. Eso revela que el jefe del Estado está preocupado por el rumbo que han tomado las cosas.
Se habla hasta de una depuración en los organismos que luchan contra el flagelo, a consecuencia del nivel de penetración que se produjo en algunas instancias en el pasado reciente. Otro punto que se debe trabajar con firmeza es la inteligencia, la que se dice en los últimos seis años ha sido virtualmente desmembrada. Solo algunos llenos de coraje trabajan en el área, aún sabiendo que podrían ser difamados.
Y que también el gobierno ponga atención a las instituciones que trabajan en la prevención, es decir que el Consejo Nacional de Drogas trabaje de la mano con entidades como Casa Abierta y Hogares Crea, porque se trata de dos entidades inmersas en tareas específicas, esencialmente a favor de los jóvenes. No valen las quejas de que trabajan en medio de la peor precariedad.
Parece que el CND y la DNCD desconocen pierden qué dice la sobre los recursos que deben reciban ir a Casa Abierta y Hogares Crea cuando la justicia falla definitivamente sobre un caso determinado y en el que han sido incautado dinero. Lo único cierto es que el mercado interno de las drogas ha crecido y que en vez aplaudir el decomiso de tanta cocaína, además del envío a la justicia de tanta gente…!esa es una derrota!