SANTO DOMINGO.- Si en Estados Unidos de Norteamérica sólo es detectado el diez por ciento de la droga que entra a su territorio, segùn reconocen sus propias autoridades, cuál es el porcentaje que se descubre en la República Dominicana? ¿El 5%, el 3%, el 2%, el 1% p el 0.5%?
¿Si el espacio aéreo de República Dominicana está desprotegido, como afirmara el secretario de las Fuerzas Armadas, Sigfredo Pared Pérez, por la falta de radales, aviones y helicópteros, entre otros recursos, cuántas avionetas aterrizan en su territorio (no sólo por la Autovía del Este), bombardeando droga desde Colombia, como lo reconociera una vez, el Procurador General de la República hoy en licencia, Francisco Domínguez Brito?
¿Es cierto que República Dominicana sigue operando como puente de los narcotraficantes y que la droga pasa por aquí no como el viento que sopla, sino como el huracanado, para llevarse luego a Norteamérica y Europa? Entonces, por cuáles puertos y aeropuertos se envía la droga y qué porcentaje de envíos es detectado por los puestos de control supervisados por la DNCD?
¿Que hay de exageraciòn de que parte de la ola de violencia y criminalidad que como la recua salvaje crece en el país, está siendo financiada por el narcotráfico y que nada tiene que ver con asunto político?
¿Si el narcotráfico se ha infiltrado a todos los niveles de la sociedad dominicana, en la Policía, los cuerpos militares, los partidos políticos y las instituciones estatales, como lo denunció el asesor sobre droga del gobierno, Marino Vinicio Castillo al periódico digital BBC de Londres, a dónde falta que llegue el poder destructor del fenómeno? ¡A mi casa no será, ni a la iglesia!
¿Si existe un vínculo estrecho entre el narcotráfico y la corrupción, debido entre otros factores, a la debilidad de las instituciones, como dice un informe del Departamento de Estados de los EEUU, corroborado por el Departamento de Prevención de la Corrupción Administrativa, que dirige el honesto Octavio Lìster, entonces quién podrá salvarnos de una debacle?
RESPUESTAS:
Oh, sí, yo el Chapulín Colorado
No contaban con mi astucia.