Que sentido tiene auditar la Junta Central Electoral cuando esta trabaja en la organización de las venideras elecciones.
¿Para qué hacerlo ahora? Es la interrogante que se hacen muchas personas sensatas, cuando si algo necesitan los jueces de tribunal de elecciones es tranquilidad para salir airoso de los comicios.
Excepto que la Cámara de Cuentas sepa algo de tanto peligro, hasta para la salud misma de las elecciones del 16 de mayo del año en curso, la iniciativa de auditar a la JCE se me parece al afán del Ministerio Público de llevar a dirigentes de oposición a la Justicia.
Un afán que como he dicho, solo pretende usar a los tribunales como tribuna política para beneficiar al partido de Gobierno. No veo otra razón.
Y como dije, con el agravante peor de que los acusados de corrupción de campaña, terminan como los muertos de campaña, que nadie hace Justicia en torno al caso.
La honorable Cámara de Cuentas tiene todo el derecho a auditar cuando lo desee a cualquier institución del Estado. Lo que no se logra entender es que sea precisamente ahora cuando se proponga hacerlo en el caso del tribunal de elecciones.
Pudo haberla auditado antes, de la misma forma en que podría hacerlo después de los comicios. Al menos, esto último es lo que debiera hacer hasta para evitar echar pólvora al cañón.
Cualquier señalamiento que se extraiga de esa auditoria podría ser interpretado como una estrategia orientada a poner en entre dicho las decisiones del organismo sobre los resultados de los comicios. No creo que sea esa la intención de la Cámara de Cuentas, pero es la lectura que podría dársele.
Deben de existir muchas instituciones del Estado que auditar hacia las que debiera marcharle la Cámara de Cuentas, mientras se deja tranquila a la JCE hasta que concluya el compromiso de organizar los complejos comicios de este año.
Después de los comicios, la Cámara de Cuentas, entonces haría fuera de sospecha su auditoria y el resultado de la misma lo daría, sin que nadie objetara sus resultados y las razones de los mismos.