LA HAYA.-Sloban Milosevic, encontrado muerto en su carcel, había dicho que estaba siendo envenenado, reveló este sábado su abogado. El ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic murió hoy en la unidad de detención del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY) en La Haya, donde era juzgado por crímenes de guerra y genocidio, según confirmó la Corte de la ONU. Uno de sus abogados afirmó que le había dicho que estaba siendo envenenado.
"Pedí al tribunal que la autopsia sea llevada a cabo en Moscú, teniendo en mente sus afirmaciones ayer de que estaba siendo envenenado en prisión", dijo el abogado Zdenko Tomanovic. Sin embargo, los restos de Milosevic fueron trasladados al instituto Médico Legal de Holanda donde mañana temprano se hará la autopsia. Una vocera del TPIY dijo que "habrá que esperar los resultados y el exámen toxicológico"
La noticia sobre el fallecimiento del ex líder de origen serbio, que padecía serios problemas cardíacos, había sido difundida esta mañana por varias radios y medios de Belgrado y confirmada luego por el TPIY que ordenó una investigación sobre las causas de su muerte.
Según un comunicado del TPIY, un guardia de Seguridad encontró hoy muerto al ex presidente de 64 años en su cama en las dependencias del TPIY en Scheveningen, La Haya, y solicitó inmediatamente ayuda médica.
JUICIO QUEDO INCONCLUSO
Con la muerte en prisión del ex presidente serbio Slobodan Milosevic se cierra abruptamente uno de los juicios más importantes de la historia. Después de varios años, cientos de testigos, decenas de miles de documentos y millones de dólares, Milosevic nunca será declarado culpable ni inocente.
El final prematuro del juicio deja en el aire preguntas sobre la forma en que los jueces llevaron el caso, un extenuante, costoso y ultimadamente inútil proceso de cinco años de duración.
"Eso significa 200 millones de dólares arrojados al drenaje", dijo el profesor de leyes estadounidense Michael Scharf. Sin un acusado, "el proceso será finiquitado", anunció la vocera del tribunal, Alexandra Milenov. Caso cerrado.
"Es un gran revés para la justicia", comentó Richard Dicker, consejero legal de la organización no gubernamental Human Rights Watch. "Más que todo, es un revés para las víctimas", agregó.
Las lecciones de intentar un juicio rápido de alcance limitado ya han sido aplicadas en el caso del derrocado presidente iraquí Saddam Hussein, y probablemente sean tomadas en cuenta en futuros casos complejos de justicia internacional, opinan juristas expertos.
Milosevic, de 64 años, fue extraditado a La Haya, Holanda, en junio del 2001. Fue encontrado muerto el sábado en la mañana en su celda del centro de detención de las Naciones Unidas. Había decidido ser su propio defensor al ser acusado de 66 cargos de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio durante la última década del siglo XX.
Según el cronograma de la corte, a Milosevic le restaban pocas semanas para concretar su defensa antes de que los tres jueces comenzaran sus deliberaciones.
Las repercusiones de la muerte de Milosevic serán considerables. El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia fue creado en 1993 en un intento de juzgar las atrocidades cometidas durante la guerra de los Balcanes, que aún se libraba en ese entonces. Fue el primer experimento en jurisprudencia de crímenes de guerra desde la Segunda Guerra Mundial, y fue el modelo para instalar otros tribunales.
Pero su éxito estaba siendo medido por el juicio en la corte, donde tres veces a la semana el acusado discutía con testigos y jueces.
Sus víctimas y enemigos lamentan ahora que se le haya negado a la justicia la posibilidad de dictar un veredicto imparcial.
"La justicia se retrasó", dijo Hashim Thaci, líder albano insurgente que enfrentó a las fuerzas de Milosevic en 1998-99 en la capital de Kosovo, Pristina. "Dios se lo llevó".
La posibilidad de que Milosevic muriese antes de que terminase el juicio era un pesadilla para los jueces. Dados sus antecedentes de problemas crónicos del corazón, ataques frecuentes de gripe, noches de insomnio trabajando en su defensa y el estrés en la corte, la salud del combativo líder serbio siempre estuvo en alto riesgo.
El año pasado los jueces sugirieron dividir los casos de Croacia, Bosnia y Kosovo, para que al menos uno pudiese completarse rápidamente. Pero Milosevic y los fiscales se negaron y la idea fue desechada.
También pusieron a disposición de Milosevic dos abogados británicos. Pero él, consciente de que tenía los reflectores de la historia sobre sí y la oportunidad de una tribuna ante la población serbia, se negó siquiera a hablar con los juristas. A la larga, ellos renunciaron.
Visto en perspectiva, los jueces cometieron una serie de errores. Según los expertos, no debieron haber permitido que un hombre enfermo se defendiese a sí mismo, ni haber aceptado que los tres casos fuesen juzgados como uno sólo. Tampoco debieron haber aislado a Milosevic de otros acusados que enfrentan los mismos cargos.
Si hubiesen incluído a otros detenidos, el caso podría haber continuado.
Milosevic "terminó burlándose de la historia", opina Scharf. Pero los testimonios y muchos de los registros del caso quedan disponibles para otros juicios por crímenes de guerra y para escribir la historia de los Balcanes. Más de 70 acusados están actualmente en proceso judicial.
Incluso esos documentos están siendo intensamente citados en otra instancia de Naciones Unidas, la Corte Internacional de Justicia, que lleva el caso de Bosnia contra Serbia por genocidio, la primera vez que un Estado es juzgado por crímenes de lesa humanidad.
La evidencia de ambas cortes "está ayudando a construir un indiscutible récord de criminalidad", dice Dicker.