Los psicólogos recomiendan que se deshoje la vida para hacerla más práctica y comprensible. Nos hablan con énfasis en que si uno pone los pétalos en la mesa y los analiza aisladamente, se da cuenta de muchas cosas que la bruma de lo cotidiano tapa.
Dicen por ejemplo, que si pones la familia y la analizas punto por punto, te das cuenta de cómo cada miembro de tu ella obra en sus amparos y sus traumas, y así viéndolo así, el individuo tendrá mejores estrategias para mejorar su relación con éste o, sencillamente, no preocuparse por esa relación.
Así te van deshojando la vida, con sus diferentes niveles de relación en la familia, el trabajo, la universidad…
Ahora, cómo nos desprendemos de las pesadas cargas que nos van haciendo cada vez más neuróticos, estresados y llevando a un callejón oscuro?
Ahí está el punto. Si somos capaces de deslindar los problemas cotidianos, los pasados y la amalgama de situaciones que pesan sobre nosotros, tendremos menos carga en nuestras espaldas.
No en vano dicen los psicólogos que el pasado está ahí y es una caja vieja que vemos en ocasiones.
Debemos ser capaces de tocar cada punto aisladamente, sin perder de vista que la unión de todos nos hace más felices o infelices; más alegres o tristes; más seguro o inseguro.
Hay que vivir el día a día y planificar la vida con lo que hay, en términos económicos, de relaciones de parejas, de amistad y de ambiente de trabajo.
No hay que buscarle mucho la vuelta, lo demás es pendejá.