CHICAGO, Illinois.— Una multitud calculada por los organizadores en 300 mil personas y por la policía en unos 150 mil inundó este viernes las calles de Chicago Fue una marcha pacífica para enviar al Congreso un mensaje de rechazo a la propuesta de ley migratoria HR4437 del republicano James Sensenbrenner, que de ser aprobada criminalizará la inmigración indocumentada.
De barrios y suburbios vinieron jóvenes, familias enteras, ancianos en sillas de ruedas y personas discapacitadas, atendiendo al llamado de la organización Centro Sin Fronteras, la Coalición de Illinois por los Derechos de los Inmigrantes, y el conocido conductor radiofónico Rafael “El Pistolero” Pulido, junto con un total de 150 organizaciones sociales y étnicas, así como grupos sindicales e iglesias.
El alcalde de la ciudad Richard Daley así como el gobernador de Illinois Rod Blagojevich y el senador federal Richard Durbin participaron en la protesta.
“Nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro tiene que ver con los inmigrantes y nadie puede darles la espalda; y esta lucha incluye a todos los estadounidenses porque todos en América son inmigrantes”, exclamó Daley. “Esta batalla nunca se perderá porque finalmente el gobierno federal entenderá que ustedes están en lo correcto”, añadió.
Por su parte, Blagojevich, hijo de inmigrantes de Serbia, se expresó en español: “Familia, trabajo y oportunidades son mis valores, y como hijo de inmigrantes y padre de familia entiendo la importancia de mantener las familias unidas. Ustedes no son criminales; son trabajadores”, señaló.
También aprovechó para señalar la diferencia con que se ha abordado este tema en Illinois y en California. Cómo era posible, enfatizó, que en uno de los estados más grandes del país, el mismo gobernador, un inmigrante, actúa como si se le hubiera olvidado”, dijo refiriéndose a Arnold Schwarzenegger.
Por su parte, Durbin exclamó a voz en cuello: “¡Sí se puede!” y fue enfático al insistir en que seguirá apoyando la propuesta de ley llamada “DREAM Act”, para que los estudiantes indocumentados “puedan tener acceso a una educación superior y mejores oportunidades de desarrollo profesional”.
Flamean banderas
Aunque la gran mayoría era de origen mexicano, también había irlandeses, salvadoreños, chinos, vietnamitas y polacos. Muchos ondeaban banderas estadounidenses y mexicanas.
Desde tempranas horas de la mañana varias estaciones de metro estaban casi colapsadas por la cantidad de inmigrantes que querían llegar al parque Union, de donde salió la marcha a las 12 del mediodía.
Doña Catalina García asistió con tres de sus hijas, a las que decidió no llevar a la escuela. Viven en los barrios del sur y les llevó dos horas el viaje en metro y luego el autobús. Llegaron, un poco tarde, a la Plaza Federal, donde terminó la marcha e inició una manifestación por los derechos de los inmigrantes.
Poco antes de la 1:00 de la tarde la plaza estaba a reventar. “Nosotros somos de Zacatecas, San Luis Potosí pero vivimos en Chicago hace 13 años; sólo mi hija más pequeña nació aquí”, contó García. “Cargamos la bandera estadounidense porque estamos aquí y tenemos que adorar esta bandera; vivimos en este país y queremos seguir sus costumbres”, añadió.
Al igual que ella, miles agitaban las banderas y pancartas que decían “Stop GESTAPO practics, No HR4437”; “Sensenbrenner, méndigo racista”; “No somos criminales”. Los presentes voceaban “viva la raza”; “se ve, se siente, el pueblo está presente”.
“Aquí estamos y no nos vamos, y si nos tratan de echar, regresamos”, gritó Emma Lozano, una de las principales organizadoras, directora del Centro Sin Fronteras.
La primera imagen de la marcha era un Cristo en una cruz de madera, junto los integrantes de un grupo de danza indígena, con sus tambores y penachos aztecas y un grupo de manifestantes en zancos.
“Estamos aquí para expresar nuestro descontento; esto es lo que sabe hacer un pueblo cuando se quieren violar sus derechos”, dijo el conductor radiofónico “El Pistolero” Pulido.
Muchas otras personalidades tomaron el micrófono, entre ellas el congresista demócrata Luis Gutiérrez; Elvira Arellano, presidenta de la organización Familia Unida; Horacio Esparza, quien habló en representación de los inmigrantes con una discapacidad y Tania Unzueta, dándole voz a los estudiantes.
A los legales
Durante la manifestación también se lanzó un mensaje importante a los inmigrantes que ahora son residentes permanentes.
Como comentó doña Catalina, su hermana, “que ya tiene papeles”, se negó a participar en la marcha porque la calificó como un “relajo”; y como ella muchos otros inmigrantes no sintieron la necesidad de apoyarla.
Por eso Juan Salgado, director del Instituto de Progreso Latino, se dirigió especialmente a esos “residentes permanentes que ya tienen papeles”. “Quiero decirles que no se sientan tan seguros porque el sistema de inmigración de aquí los considera visitantes; así que el poder está en la ciudadanía”, afirmó.
“En Illinois hay alrededor de 500 mil residentes permanentes que no se han hecho ciudadanos, así que convenzan a sus familiares para que se naturalicen”, agregó Salgado. Éste fue otro mensaje claro: la importancia de obtener la ciudadanía para poder votar después y ejercer verdadera presión por cambios en los derechos y en la situación de los inmigrantes de este país.
Casi a las 3:00 de la tarde, Catalina García y sus hijas empezaron a buscar una ruta para salir, ya que los organizadores pidieron a la gente que se fuera retirando. Iba a ser tarea difícil y el camino de regreso a casa sería largo.