Me incluyo entre los que dudaban sobre el éxito del Clásico Mundial de Béisbol.
Aunque algunos jugadores dominicanos de la élite -y de otras naciones también- decidieron no participar, pudimos reunir un buen grupo de hombres gracias al trabajo tesonero de Stanley Javier, principalmente.
La presencia en diferentes países de Donald Fehr, incluyendo dos visitas a República Dominicana, también fue un factor para que muchos jugadores se interesaran por el Clásico, debido a todas las reivindicaciones logradas en su presidencia por el Sindicato de Jugadores de Grandes Ligas.
Sin embargo, conociendo que todo este ensamblaje no es más que un negocio –con el que estoy de acuerdo- no me inscribo entre los que consideran a los ausentes “traidores a la patria”.
Sencillamente, para mí, los que no acudieron al llamado consideraban que las circunstancias comerciales y personales no le favorecían en esta oportunidad.
O acaso no se sabe que cualquier ser humano, y más en esta época, siempre estará respondiendo a los intereses que genera un contrato de 53 millones de dólares, que hasta de pesos dominicanos es mucho dinero, por encima de cualquier mal entendido que pueda provocar el hecho de no querer representar el pabellón tricolor –casi todas las banderas tienen tres colores- en una actividad meramente comercial.
Y resulta peor meter a Alex Rodríguez en el mismo saco cuando, justamente, decidió defender “los colores” de su patria, el suelo que lo vio nacer, que lo crió, que lo educó y que propició las condiciones para generar un salario de 25 millones de dólares anuales, sin contar los incentivos, que son más.
Nada, el Clásico Mundial de Béisbol ha cumplido su cometido, independientemente de los resultados, y cada vez que sea montado aparecerán los que preferirán asistir y los que no lo hagan, siempre motivados por sus circunstancias personales, tal como le sucedería a periodistas, médicos, abogados y ciudadanos comunes, etc.
Ahora, sí favorezco a los que dicen que a todos los peloteros hay que cobrarles los impuestos que impone a ley, principalmente a la hora de importar artículos de lujo, aunque hayan vestido los famosos colores patrios y aunque sean "embajadores".
Me refiero a ese tema no porque hayan traicionado, o no, la Patria, sino porque si alguien puede cumplir con ese llamado ciudadano, justamente son los "obreros mejor pagados del mundo".
Así también se hace Patria…
La competencia
A propósito de los resultados, no están del todo seguros los que apostaron a que Estados Unidos y República estarían en la Gran Final.
Los gringos más que los dominicanos, han tenido que sudar para estar en el dinero, pero la situación está que nadie puede cantar victoria.
En el caso de Dominicana es asunto de ganar o perder el juego de esta noche ante Venezuela para avanzar o quedarse.
Quizás Puerto Rico está en mejores condiciones ya que va ante Cuba, equipo de garras, pero amateur al fin.
Corea, por su parte, mantiene el invicto, y va para San Diego, mientras que Japón ha estado con altas y bajas, pero metido en el globo.
En definitiva, nadie vino a comer con su dama, y si finalmente se da la final entre los dos grandes, habrá sido un parto muy pujado.