BOSTON.-Lo que esta ocurriendo en Irak es cada día más y muy preocupante, sobre todo, por la gran cantidad de civiles que, cada día, están muriendo, víctimas de un conflicto que no crearon, ni buscaron, y en el que tampoco quisieron participar. Es terrible para muchos iraquíes ser, prácticamente, el blanco de una guerra con tres frentes armados –Estados Unidos, los shiitas y los suníes- que se disputan el control de esa ocupada nación, lo que ha convertido a ese territorio en un infierno, donde la vida de un ser humano no vale un centavo.
En esa triste guerra, que es lo mismo decir la invasión de la mentira, por toda la falsedad que utilizó la actual administración norteamericana y su presidente, George W. Bush, para envolver al mundo en esta estúpida y sucia acción, se violan cada día los derechos humanos de millones de ciudadanos. Y lo hace, precisamente, el ejército de un país que sin el menor rubor, se cree en el derecho y portador de la razón y la verdad, para criticar a otras naciones porque, supuestamente no respetan los derechos de sus ciudadanos.
Por suerte, el mundo ya conoce todas las tropelías que la administración Bush ha hecho en nombre de la mal llamada guerra contra el terrorismo. Cárceles clandestinas usadas para torturar prisioneros en Europa, intervenciones telefónicas sin la autorización de un juez; los vejámenes que se cometen cada dia en las asquerosas cárceles de Guantánamo, en Cuba –otra violación de los derechos por parte de Estados Unidos-, donde se mantienen prisioneros cientos de hombres y mujeres musulmanas sin que un juzgado haya autorizado las mismas.
En fin, son muchas las violaciones de los derechos humanos que comete Estados Unidos en nombre de la libertad. ¿De cuál libertad? Si en verdad el mundo sigue viviendo prisionero de quienes se creen los amos del universo. Pero ese es el país de la libertad, donde los periodistas y sus fuentes, también, pueden ser encarcelados y perseguidos cuando algo no le guste al gobierno.
Hace unos días leí con tristeza, un reporte de la agencia EFE que daba cuenta de las críticas de Estados Unidos hacia la Republica Dominicana por “el pobre historial del gobierno sobre derechos humanos”. No defiendo las acciones arbitrarias, negativas y criminales de la Policía Nacional, porque es cierto que se cometen violaciones de los derechos humanos, sobre todo del derecho a la vida, pero quien se cree los Estados Unidos para criticara este país, en vez de mirar la paja en su ojo, antes de buscarla en el ojo ajeno.
Actualmente, los Estados Unidos y sus aliados están empantanados en el Irak que creyeron sería fácil de manejar, una vez desterrado el régimen terrorífico de Sadam Husseim, y donde al parecer le ha salido “el tiro por la culata”. Esa nación está al borde de una guerra civil, entonces uno se pregunta ¿Qué hará la administración Bush para terminar ese conflicto y restablecer la paz? ¿Cuántos soldados y civiles más tendrán que morir para que Bush y sus halcones entiendan que tienen que retirarse de Irak?.
La verdad, me dio mucha pena y vergüenza ver la foto de la activista Cindy Sheehan, madre de un soldado muerto en Irak, arrastrada por la Policía de Nueva York, por el simple hecho de querer entregar un documento en las Naciones Unidas, con el cual más de 60 mil mujeres piden, con justificadas razones, la retirada de las tropas de Irak.
Cuatro mujeres indefensas, cuya única arma era el documento conteniendo la aterradora verdad de cuanto acontece en Irak, fueron vejadas, ultrajadas, maltratadas, pisoteados sus derechos, y todo en nombre de la libertad y los derechos humanos. Es hora de que los norteamericanos les cobren a los republicanos haber embarcado al país en esa sucia guerra, por lo que el 2008 es una oportunidad de oro que no se puede dejar pasar para enderezar el rumbo de Estados Unidos. ¡OJO PELAO!, a votar pero cobrándoles su afrenta.