Siempre se ha dicho que cada día sale un tonto a la calle. Según lo que parece y a juzgar por personas que han sido estafadas de diversos modos, la afirmación es totalmente válida. No pasa un día sin que alguien denuncie que lo han estafado, sea con falsas promesas de conseguirle una visa de Estados Unidos, un apartamento del Gobierno o un empleo, para lo cual han tenido que desenvolverse respetables sumas de dinero.
La última novedad es una estafa por Internet que circula desde hace algún tiempo.
Consiste en un correo electrónico, en inglés, a través del cual le felicitan porque usted ha sido el feliz ganador nada más y nada menos que de tres millones de libras esterlinas, en el sorteo internacional de la Lotería de Londres. El mismo correo le ofrece, para darle mayor verosimilitud, que sus números de suerte fueron el 31-6-26-13-35-7, que corresponden a la segunda categoría de un premio total de ¡sesenta millones de dólares!
El remitente de dicho correo electrónico es un tal Robert Bowman, quien le sugiere que se ponga en contacto con otro tal Johnm Mark, a quien se identifica con Gerente de Servicios del Exterior.
El tal Bowman le pide que para evitar que elementos inescrupulosos puedan interceptar su mensaje, le informe si usted desea que le envíen el dinero por cheque certificado o que se lo depositen en alguna cuenta bancaria. Usted debe incluir su nombre completo, su sexo, edad, ocupación, dirección, número de teléfono y el número de cuenta a donde quiere que le envíen el dinero.
¿Cómo ganó usted tan fabuloso premio?
Sencillamente, en el mensaje se le explica que esto fue posible gracias a un sorteo internacional que hizo la Lotería de Londres entre 100.000 cuentas registradas en Internet. La suya fue la agraciada.
En vista de que recibí un correo como el comentado, hablé con uno de mis hijos para que hiciera las indagatorias correspondientes. En efecto, mi hijo se puso en contacto por Internet con la Lotería de Londres, donde le explicaron que eso es sencillamente una estafa.
La estafa consiste en que cuando usted envía los datos para reclamar “su dinero”, comienzan a pedirle la remisión de 500 dólares para tales y cuales gastos. Un poco más adelante le informan que su asunto está encaminado y que nuevamente le avisaran. Cuando esto sucede, le piden otros 200 dólares o más, según lo que se necesite “para los gastos finales”, hasta que jamás vuelve a tener noticias de la persona o las personas a las cuales usted le envió el dinero.
Conozca una joven que se creyó millonaria de repente y mostró orgullosa copia del correo recibido a varios amigos, quienes la felicitaron de corazón por tanta suerte. Sin embargo, cuando la joven comenzó a enviar dólares para que le remitieran los tres millones de libras esterlinas y no recibió respuesta, fue que se dio cuenta de la verdad: había sido estafada por Internet.
Investigaciones recientes revelan que cada día se usan más los programas capaces de registrar lo que el usuario escribe en el teclado. Estos programas aprovechan los puntos flacos del "software" y reenvían información de los internautas (nombres de usuario y contraseñas) a los atacantes.
El Grupo de Trabajo Anti-Prishing (APWG) es un grupo formado por empresas de tecnología y bancos que ha descubierto 10 nuevas variantes de este tipo de programa cada semana durante febrero y marzo del año pasado, y más de 100 páginas Web diseñadas para engañar al usuario.
El informe elaborado por este grupo ha recibido 13.000 alertas de ataques en marzo, siendo Estados Unidos el país que más sitios "phishing" hospeda, seguido de China y Corea del Sur.
Hasta la fecha, el método más utilizado por estos ciberestafadores eran los correos electrónicos de falsos remitentes -como entidades financieras- diseñados para atraer a las víctimas hacia páginas web que requieren que el usuario introduzca información personal.
El año pasado Microsoft interpuso más de 100 demandas contra ciberestafadores, en un intento de frenar el "phishing". Desde las empresas informáticas se recomienda a los usuarios que no abran correos electrónicos que les pregunten por sus datos personales ni pinchen en los enlaces incluidos en estas misivas, dos medidas básicas para evitar caer en la trampa.
Ojo, pues, con estas estafas a través del Internet, para que luego no digan que usted fue otro tonto que salió a la calle.