Tras la firma del Frente Patriótico que llevó al poder al doctor Leonel Fernández en el año 1996, el Partido de la Liberación Dominicana se planteó, como tarea política, destruir al Partido Reformista sin importarle que gracias al líder de esa organización había llegado al Gobierno.
El PLD, que era un partido minoritario, con un candidato prácticamente desconocido, sin mayores luces políticas ni profesionales hasta ese momento, desde que se instaló en el Palacio Nacional comenzó su tarea señalando que el doctor Balaguer les entregó un país en ruinas, lo que fue respondido inmediatamente por el viejo caudillo asegurando que, por el contrario, dejó una nación lista para el desarrollo y la prosperidad.
Una coyuntura política convirtió al doctor Fernández en presidente de la República y en líder de su partido. El azar, que según Carlos Marx tiene una categoría histórica, no se quedó atrás. La muerte de los tres grandes líderes nacionales, a saber, Juan Bosch, Peña Gómez y Balaguer, dejó un vacío extraordinario en el liderazgo nacional que hizo más expedito el camino al doctor Fernández.
La muerte del doctor Balaguer hizo más fácil la tarea de dividir y destruir al Partido Reformista, pues bastaría el uso indiscriminado de los recursos del Estado. El PLD se convirtió en una organización grande con la gente del Partido Reformista, con lo cual se cumplió la primera parte de la tarea política iniciada tan pronto Balaguer le entregó el poder al doctor Fernández.
Para terminar de engullirse al Partido Reformista sin dejar ni siquiera la cola, y así enfrentar únicamente al Partido Revolucionario Dominicano, los estrategas del PLD se plantearon la "unidad" con lo que "queda" del reformismo. Se trataba del último golpe, del golpe mortal, del zarpazo final. Ese "acuerdo" hubiera anulado para siempre al Partido Reformista. Sin embargo el plan falló. La "alianza" no se produjo por la forma irrespetuosa en que fue planteada. No era unidad lo que buscaba el PLD. Era más bien, subordinación. Era el pez grande tragándose al chiquito. Una ballena alimentándose de moluscos y boquerones en medio del océano, donde no hay escapatoria. Pero un sector inteligente del reformismo no se prestó al juego y decidió caminar otros senderos. Ese grupo, mayoritario todavía, dueño del legado de su líder y de los símbolos del partido, sabía que no podía lanzarse al ruedo de manera independiente, solo, porque el riesgo era igualmente alto. Logró un acuerdo muy ventajoso con el PRD. En efecto, no importa cuáles sean los resultados de las votaciones de mayo, el Partido Reformista no pierde. Gana de todos modos. Gana espacios, gana prestigio, crecerá. Tendrá más diputados, senadores y síndicos. Y lo más importante: seguirá siendo una fuerza política a tomar en cuenta.
El PLD fracasó en sus planes de terminar de acabar con el reformismo. Sabe que la alianza con el PRD es un peligro para sus propósitos de mantenerse en el poder, con o sin Leonel Fernández más allá del 2008. Como debe de esperarse, el oficialismo no se quedará de brazos cruzados viendo como le arrebatan el poder, viendo cómo le impiden tomar el Congreso y los Ayuntamientos. El Gobierno hará todo cuando pueda para ganar las elecciones. No puede descartarse la compra de votos ya sea a través de "La Cadena" o de cualquier otro instrumento de trampa. Aunque los voceros del oficialismo, incluyendo al propio presidente Fernández, dicen que no les preocupa la alianza rosada, que ya tienen ganadas las elecciones, formaron un "ven tú", como algunos directores de orquestas o de combos cuando se les presenta un picoteo y les faltan músicos. Para formar su boleta el PLD salió a comprar dirigentes de la oposición con el mayor descaro. Con los tránsfugas completó su boleta, dejando fuera a sus propios dirigentes y militantes, lo que, por cierto, le ha generado problemas muy serios en distintas comunidades que ni las promesas de cargos han podido resolver.
Las cosas no se quedarán como están. El Gobierno no se limitará a la compra de dirigentes. Lo peor no ha pasado. La guerra no ha comenzado. Dicen que "guerra avisada no mata soldado". Eso era antes. Ahora sí, ahora mata soldados. Y muchos. La gente de la Gran Alianza Nacional tiene que prepararse para lo que viene, que no es poca cosa. El Gobierno quiere el Congreso y los Ayuntamientos a cualquier precio. Y ese precio no se pagará sólo con dinero del Presupuesto, como ya se dispuso en un Consejo de Gobierno y en el Comité Político. A los candidatos del Gobierno no les faltará dinero, al contrario, les sobrará. Tampoco les hará falta "logística" militar ni tecnológica. Los medios de comunicación "intervenidos" han sido tomados por las bocinas que están debidamente orientados por organismos de periodistas que se reúnen frecuentemente para trazar las líneas informativas de todos los días. El PLD y el Gobierno tienen una sólida corriente de opinión pública a su favor. Pocos medios no están controlados por el Gobierno. Y donde no hay control absoluto han introducido sus "bocinas" o presionan a los dueños chantajeándolos con la publicidad gubernamental que, denuncio, está siendo sustituida por la publicidad de los candidatos oficialistas.
La Gran Alianza Nacional tiene que estar preparada para contrarrestar los golpes que les dará el Gobierno. ¿Están preparados los reformistas y los perredeístas para lo que viene en los próximos días? No lo creo. Muchos están perdiendo el tiempo en pendejadas.
A los aspirantes a la Presidencia de la República en el PRD, que son muchos, y a los del Partido Reformista, que no son tantos, pero son, que esperen, que paren sus labores personales y trabajen por el triunfo congresual y municipal de la alianza. La lucha por la Presidencia de la República puede esperar. ¿Estamos?