SANTO DOMINGO.-Además de Cuba y su gallardía, existe otro gran responsable de que República Dominicana se quedara fuera de la final del Clásico Mundial de Béisbol: el propio béisbol.
Es que en ese deporte dos más dos no son cuatro.
De otra forma, como se podría explicar que Albert Pujols, el mejor bateador del mundo, terminara con promedio de .286 (21-6) y un 14-2 en los últimos cinco juegos, además de una anémica producción en los momentos grandes.
¿Y David Ortiz?, el mayor productor de carreras en los últimos dos años en las Grandes Ligas y el mejor a la hora buena. Bateó un anémico .150 (20-3), siendo jonrones sus únicos tres hits, dos de ellos el primer día.
Y por ahí sigue la lista: Miguel Tejada un inestable.292 (24-7); Moisés Alou un poco productivo .333 (24-8), Adrian Beltré un apagado .300 (20-6), Juan Encarnación, peor no pudo estar con un .150 (20-3) y lo de Alfonso Soriano no tiene parangón, se fue de 12-0, entregando el último out con uno de los tres ponches que recibió en la justa.
El reemplazo de éste último, Plácido Polanco, fue el único punto consistente a la hora de usar el madero con un .500 (18-9), pero casi nunca encontró quien lo llevara al hogar.
El equipo dominicano, contrario a lo que suele suceder en eventos de este tipo, fue de mayor a menor y terminó con un promedio colectivo de .261 (233-61).
Después de vencer 11-5 a Venezuela en la apertura, el conjunto siguió avanzando a base de pitcheo y no de su poderosa escuadra ofensiva, a juzgar por los nombres.
Si bien es cierto que muchos consideran que el pitcheo es el 75 por ciento del juego, no es menos cierto que el restante 25 por ciento debe por lo menos responder en los momentos buenos.
Se recuerda que aunque el equipo quisqueyano no bateó en el juego contra Venezuela (2-1) que lo llevó a la semifinal, si contó con un pitcheo que dejó a los venezolanos en un hit y las bases llenas. Fue un triunfo pujado y suspirado, no convincente.
El triunfo cubano
Cuba, campeón olímpico y mundial, ya ha revalidado su condición de grandeza en el béisbol universal, independiente del resultado de este lunes ante Japón.
Venció a Dominicana 3-1, con gran labor monticular de Yadel Martí (cuidado con ese apellido) y los “amarres” de Lazo, Pedro Luis Lazo.
Superó su estancia en el grupo de la muerte, dejando en el camino a equipos como Puerto Rico, Venezuela y Dominicana, con nóminas repletas de puros millonarios.
Japón venció a Corea
En la otra semifinal, Japón venció 6-0 a Corea, quitándole el invicto y uniéndose a Cuba como los dos finalistas.
Serie final
Este lunes, a las diez de la noche hora dominicana, se enfrentarán Japón y Cuba en una final sorpresiva que la mayoría apostó sería entre Dominicana y Estados Unidos.
¡Goodbye!