Son tiempos en que andan circulando en maletines y macutos unos cuartos peligro- sos para el futuro del país, y de los partidos políticos. Negar esa realidad es la parte más preocupante del caso.
Denunciarla quizás sea la más peligrosa, pero la más necesaria para que luego no ten gamos que lamentarnos de que ciertos personeros de negocios no santos estén presentes en Ayuntamientos, en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República.
Para que no se crean con derecho a pedir su parte del pastel, casi siempre en perjuicio de los mejor del país, o de lo que más dinero puede dar.
El dinero que va a dar la Junta a los Partidos, más lo que ellos reciben de tras manos, de empresarios y otros donantes debe ser suficiente para hacer una campaña eleccionaria en tiempos de crisis.
Los partidos en su totalidad reparten gran parte de ese dinero entre sus allegados, en la compra de botellas de ron, en tirar unos cuantos miles a la miseria del pueblo, y entre otras cosas igualmente dañinas a caravanas, mítines, y una proliferación de cruza calles y afiches que lo que hace es que todavía para las elecciones generales el país pare ce que sigue en la congresuales y municipales.
No está demás que esos señores se ciñan, aunque sea por una vez en su vida a lo que le puede dar el gobierno pobre de nuestro país, y no sigan pidiendo más como si las arcas nacionales siempre debieran estar llenas para complacerlos en su apetito personal de mayores riquezas de las ya obtenidas de manera ilícita cuando han ocupado posiciones en el tren gubernamental, y a veces solamente en altos puestos dentro de los partidos.
Hay gentes que como del negocio de la pelota vive de los dineros de las campañas y de los partidos desde hace años, que no saben ni hablar bien, que no se ha preocupado por aprender nada, que solamente han utilizado esos dineros en hacer negocios para beneficios de ellos y de los suyos.
Si el dinero que le han dado no les alcanza para ir a las elecciones de medio tiempo, sencillamente no vayan a las mismas porque en muchos casos lo que van es a pasar vergüenza y tener que buscar nuevamente dinero para un reconocimiento que no debe ser tan fácil, y n lo que necesariamente hay que legislar.
Los cuartos del Presidente, del Secretario General, de cada uno de los candidatos y de los partidos en sentido general pueden estar bien lavados, pero resulta que por alguna parte les sale el sucio y quienes salimos perjudicados somos los dominicanos como nación.
Por eso un partido exigir transferencia de fondos porque necesitan más dinero, es la peor manera de decirle a la nación que ellos son insaciables, porque precisamente la opinión del país es que ellos tienen todos los cuartos del mundo, porque acaban de pasar por el poder, y con razón o sin ella, por política o por lo que sea están acusados de actuaciones y de juntas que no son precisamente las más recomendables.
Me decía un maestro de periodismo, que dizque sentía por mucho afecto, y desde que llegara al poder me iba a ayudar, llegó y nunca pude ni hablar con él por teléfono, que hay cuartos que es mejor no ganárselos, ahora yo le agrego que hay cuartos que es preferible ni aceptarlos ni pedirlos, para que vayamos adecentando el patio.
Quizás una nueva modalidad de campaña juntos, buscando la forma de hacerlo sea la manera de abaratar costos, como tarimas únicas, vallas compartidas, programas pagados por todos, y largo etcétera que ellos conocen mejor que uno.
Pero esos cuartos son peligrosos, o para ellos, que son en si mismos un peligro nacional, sino para el futuro del país y de sus instituciones más valiosas o representativas.