WASHINGTON.-El presidente George Bush reconocido que Estados Unidos es una nación creada por inmigrantes y por tal motivo sugirió un trato de justicia para todos. En lo que parece un giro de su posición sobre la política migratoria, el presidente George W. Bush pidió el lunes al Congreso tomar en cuenta que Estados Unidos es una nación creada por inmigrantes, por lo que deben ser tratados con justicia, pero reiteró su oposición a una amnistía general para solucionar el problema de los más de once millones de indocumentados que viven el país.
“Mi único consejo al Congreso y a quienes participan en el debate es entender de que se ha hecho Estados Unidos. Somos una tierra de inmigrantes”, proclamó Bush luego de hablar en una actividad en la ciudad de Cleveland, donde defendió su política de guerra en Irak.
El mandatario norteamericano, que hace dos años planteó un programa de trabajo temporal que permita a los inmigrantes recibir permiso laboral por dos o tres años para trabajos que no deseen hacer los estadounidenses, considero que “tenemos que tratar a las personas con justicia, porque tenemos un sistema legal que es respetuoso de los personas”.
Sin embargo, Bush se ha opuesto firmemente a una amnistía y a que el programa temporal que plantea deje abierta las posibilidades para que los inmigrantes beneficiados obtengan la residencia permanente.
Para el próximo 27 de marzo el Congreso norteamericano se apresta a discutir varias propuestas migratorias, entre ellas una de los senadores James Sensembrener y Peter King –mejor conocida como HR4437- mediante la cual se convertirían en criminales, no solo los once millones de indocumentados que viven en Estados Unidos, también los empleadores que den empleos a ilegales, las iglesias y organizaciones y personas que de ayuda y soporte a personas que no tengan residencia.
En el debate, dijo Bush, “hay muchos puntos” por resolver, como el que hacer con las personas que llegaron a Estados Unidos en 1987, un ano después que se concedió una amnistía general para todos los indocumentados, la mayoría de los cuales ya son ciudadanos estadounidenses.
Una amnistía, considero Bush, significara tener otros once millones de de indocumentados inmediatamente des pues, generando nuevamente un estado de crisis “por lo que yo espero que el debate sea de altura y que haga honor a este país. Mi exhortación a todos es que seamos racionales en el debate”, puntualizo.