Lo recuerdo todavía, con esa pueblerina sinceridad y el travieso duende infantil que nunca ha perdido, cuando ingresó a la prestigiosa orquesta de nuestro laureado maestro Dioni Fernández, aunque ya lo había tratado someramente desde unos meses antes. Desde aquellos primeros encuentros sentí que había conocido a un artista con un futuro promisorio y con las herramientas necesarias para triunfar y perdurar en la memoria colectiva.
Estoy refiriéndome a Eddy Rafael, ese talentoso cantante y compositor sancristobalense que desde siempre demostró que sus cualidades interpretativas van más allá del merengue insípido con que nos atosigan la paciencia los chapuceros del contagioso ritmo vernáculo que han contribuido a su debacle.
Eddy Rafael Valdez Rodríguez es el hijo menor de la señora Carmen Rodríguez y del señor Radhamés Valdez, un empleado privado que administraba dos prósperos negocios y que murió en la pobreza, por lo cual entre sus compueblanos lo recuerdan como uno de los hombres más serios de su generación, algo de lo que hoy su vástago habla con un orgullo mucho más que bien justificado.
“Yo empecé a cantar en la iglesia y en la escuela y me escapaba para ver los ensayos de las agrupaciones de mi comunidad, en especial los de Joe Colón y el sexteto Resumen”, recuerda, para establecer que su inclinación artística fue por decisión propia, no sin dejar de reconocer que varias de sus hermanas estudiaban solfeo y canto en el Liceo Musical “Pablo Claudio”.
Con amplia sonrisa dice que su motivación fue simplemente que le gustaba la música.
Arrancó como percusionista de varios “combitos de lata”, pero también cantaba y su voz era tan aguda que le encargaban interpretar la parte de Maridalia Hernández en el merengue “Si tú te vas”, éxito Juan Luis Guerra y 4-40.
Cuando tenía unos 16 años ingresó como cantante a la orquesta de Joe Colón y con ésta permaneció por espacio de un año.
De aquí pasó a ser band boy del grupo de planta del Hotel San Cristóbal y en ese trajín allí lo fueron a ver el maestro Sonny Ovalle y el periodista Cristhian Jiménez, por encomienda del músico y empresario artístico Chery Jiménez, quien lo llamó para incluirlo en el Grupo Tambora.
Poco antes lo había contactado en El Típico Pomier, con intenciones de reclutarlo para su recién estrenada orquesta merenguera, el maestro Joan Minaya, pero el inquieto jovencito no accedió a la petición del reconocido trombonista y arreglista, excusándose con la gentileza que lo caracteriza.
Con el Grupo Tambora grabó por primera vez, participando en los coros de varios de los merengues y entonces, cuando se disponía grabar el éxito de Mocedades “Amor de Hombre”, versión merengue, el proyecto quedó en el limbo.
A seguidas aplicó infructuosamente para los grupos de Juanchy Vásquez (El Galeno) y Carlos David, en tanto en el Hotel Jaragua lo audicionaron dos veces, siendo escogido en la segunda ocasión para cantar en la Jazz Band. En este conglomerado musical se mantuvo durante ocho meses, compartiendo tarima con dos glorias del pentagrama nacional: el virtuoso saxofonista Tavito Vásquez y el respetado trompetista Héctor de León, ambos ya fallecidos.
Una tarde septembrina, del año 1991, llegaron dos queridos calvos al Merengue Bar del Hotel Jaragua, para ver a un joven que allí cantaba. Así fue que el caballeroso comunicador Carlos T. Martínez llevó al maestro Dioni Fernández hasta el espigado cantante, quien aún sabiéndose observado se limitó a realizar su trabajo cotidiano, sin sobreactuar y tan sólo siendo él mismo, como siempre.
Dioni no perdió tiempo y lo invitó a su antigua oficina, ubicada en la Arzobispo Nouel casi esquina Santomé, en Ciudad Nueva, donde a todos recibía su eficiente secretaria de entonces, la inolvidable Lissette. El joven cantante acudió casi de inmediato a la cita, que le significó ingresar a la popular orquesta merenguera, que tenía como cantantes a Reynold Sosa, Tony Arias y Orbis García. Este último pasó a la orquesta de Sergio Vargas.
El Equipo significó el despegue definitivo para que Eddy Rafael se agenciara un espacio en el gusto popular. Con esta orquesta el inquieto vocalista participó en las producciones “Yo Soy Para Tí”, “La Gota Fría”, “Homenaje a Julito Dechamps” y en un compendio de grabaciones que se hicieron para la disquera Kubaney. Además, grabó en una producción que se hizo para Karen Records, en los Estudios 4-40, de Nueva York, bajo la dirección técnica del inolvidable July Ruiz y que se mantiene inédita.
Con la orquesta del respetado pianista y orquestador popularizó los merengues “No Te Vayas Ahora”, “Volviéndome Tú”, “Yo Soy Para Ti”, “La Gota Fría”, “Qué Manera de Quererte”…
Los boleros incluidos en la producción en tributo a Dechamps, conocido como “El Catedrático”, se difundieron con gran profusión “Te Necesito”, “Como Duele Una Traición”, “Poquita Fe”, “Será Muy Fácil”, “Yo Vivo Mi Vida”, “Que Te Vaya Bien”, “Traicionera”, “Súplica”, “Que Me Importa”… En pocas palabras, todos!
Tras cinco años con El Equipo retornó a las animaciones, cantando durante un bienio en los hoteles Plaza Naco y Quinto Centenario. En el ínterin recibió y rechazó algunas ofertas para integrarse a distintas agrupaciones.
Hacia 1997 ingresó a La Muralla para unirse a Joel Sosa y Darlyn como las figuras principales de esta orquesta, con la que grabó los merengues “Tu Debut”, “Quién Aguantaría” y “Pecho con Pecho”, este último composición del propio intérprete.
En junio del año 1998 pasó a la orquesta de Toño Rosario, en la que se mantuvo por siete años, grabando escasos coros con el excéntrico merenguero.
Tras acariciar la idea durante un tiempo prudente, decidió lanzar su propia orquesta el 27 de septiembre del 2005, debutando en El Poder de las 12 y al día siguiente actuando en El Show del Mediodía.
El primer día de octubre, al frente de su impecable orquesta, realizó presentación formal ante sus compueblanos, con un memorable concierto en Mezzanote Bar, donde detalló lo mejor de su repertorio, incluyendo sus nuevas propuestas “A Lo Mejor”, autoría de Cristian Encarnación, “Quítame Esta Pena”, de Fulton Vásquez, “Qué Pasa Entre Los Dos”, de Henry Nelson, y “Lindas Palabritas”, de Teodoro Reyes.
En estos momentos Eddy Rafael tiene en la radio el merengue “Se Volvió Loco por Ella”, composición de Alejandro Martínez, orquestado por el maestro Isaías Leclerc.
No creo que me exceda si afirmo que este jovial artista resume talento, carisma, condiciones interpretativas y personales de elevados kilates para que confiemos en depositarle una porción del futuro del merengue, precisamente ahora que el ritmo luce cabizbajo ante la ausencia de propuestas que revienten de fervor el pecho de su fanaticada.
Propongo mantenernos al tanto de los pasos de Eddy Rafael en las lides musicales y el resto se lo dejamos de tarea a los medios de difusión, que deberían poner también la vista sobre este artista de pies a cabeza para reivindicar la calidad que tanta falta hace a nuestro merengue.