SANTO DOMINGO. La ex vicepresidenta de la República, Milagros Ortiz Bosch propuso al presidente Leonel Fernández declarar una prioridad del gobierno la lucha contra la delincuencia. "El ciudadano presidente debe colocar el combate a la delincuencia como la principal prioridad de su gestión" afirmó la dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), en una carta enviada al presidente Fernández.
Dijo que eso sería posible si el Gobierno hace "una extraordinaria especialización de recursos. ¿No sería posible crear un fondo con un porcentaje de donación sobre todas las obras contratadas por el Estado?, se preguntó.
A continuación la misiva de Ortiz Bosch al presidente de la República, quien en estos momentos cumple una visita oficial al Reino Unido de Gran Bretaña.
Excmo. Señor
Leonel Fernández Reyna
Presidente Constitucional de la República
Su Despacho
Ciudadano Presidente:
En mi condición de madre y ciudadana dominicana, y ponderando la situación de delincuencia y violencia que vive el país, someto a su consideración las siguientes reflexiones y propuestas.
Si bien en los últimos tiempos la delincuencia ha tomado un curso de desafiante desbordamiento, se trata de un problema viejo y estructural, con situaciones que se verifican con igual o parecida expresión en países subdesarrollados como el nuestro, donde por mucho tiempo hemos acumulado una gran deuda social, acusamos debilidad institucional y no destinamos recursos suficientes para enfrentar a los delincuentes de manera oportuna y eficiente.
Usted, ciudadano presidente, ha respondido recientemente a los periodistas diciendo que oportunamente se referirá al tema de la delincuencia. Pero cuando se escuchan los noticiarios radiales y televisivos, cuando se leen los partes de la prensa escrita, y se advierte que el acoso a los ciudadanos y ciudadanas está llevando a la gente a una psicosis colectiva, debemos concluir que estamos ante la oportunidad de enfrentar sin más dilación el problema en toda su envergadura.
La causa primera de la delincuencia es la deuda social acumulada (pobreza extrema, indigencia, desempleo, falta de oportunidades), y su tratamiento debe tomar en cuenta su dimensión represiva y judicial, el aspecto carcelario, sus agravantes culturales y educativas. También los líderes, dirigentes y autoridades debemos asumir frente a nuestro pueblo conductas ejemplarizantes.
Nos encontramos ante una situación que requiere de respuestas estructurales y transversales, que crucen la problemática delincuencial en sus diferentes vertientes y toquen el fondo de este mal que tantas angustias está causando a la familia, especialmente a nosotras las madres.
Hay quienes quieren atribuir la creciente ola delincuencial a supuestas debilidades del Código Procesal Penal, otros reducen el problema a las deficiencias policiales y de los jueces, y no faltan quienes agregan la incapacidad o el compromiso político de algunos miembros del Ministerio Público.
En mi calidad de Ex-Presidenta de la Comisión para la Implementación del Código Procesal Penal puedo asegurarle al país que se trata de un gran paso de avance que no sólo protege a las personas en sus derechos sino que incluso moderniza y hace más eficaz la persecución del crimen. No debemos retroceder en lo avanzado si no superarnos en los retrasos.
En cuanto a la Policía, hay que poner en primer orden las carencias acumuladas de recursos que acusa el cuerpo, incluyendo los sueldos de su personal. Hay que dotar a la Policía con vehículos suficientes, equipos de comunicación, de soporte tecnológico , designar y capacitar más personal, especialmente destinados a la investigación científica.
Debemos desarrollar programas para mejorar la Justicia y la Policía, retomar la educación cívica en valores y paradigmas que contribuyan a formar ciudadanos más conscientes de sus deberes y derechos, campañas de información que ayuden a la gente a defenderse, programas que contribuyan a prevenir y a castigar con más severidad a quienes reincidan en acciones delincuenciales.
Todos debemos enviar una señal inequívoca para dejar en claro que importa mucho la seguridad y el sosiego ciudadanos, decirle al mundo que somos un destino turístico seguro para todos, para devolver la tranquilidad a la familia dominicana y proteger a quienes laboran o realizan cualquier forma de trabajo en horas de la noche o en el día. Debemos crear una respuesta con la participación de la familia, la comunidad y los diferentes sectores organizados de la sociedad.
Es necesario dejar en claro que la delincuencia no nos va a arrebatar la paz y la alegría de vivir.
Todo esto demanda, ciudadano presidente, que para estos fines sea especializado un sustancial volumen de recursos que permita empezar a dar una respuesta a fondo a la delincuencia y para ello todos los poderes del Estado deben facilitar la coordinación presupuestaria que la haga posible.
Usted ha señalado que el Metro de Santo Domingo es una prioridad, comparándolo con la torre Eiffel. Pero si escuchara el clamor de las madres, la voz de los empresarios o palpara la angustia de la sociedad en su conjunto, con toda seguridad le repetirán que en la República Dominicana no hay prioridad más urgente que llevar quietud a los hogares, seguridad para los negocios y paz a la sociedad.
El ciudadano presidente debe colocar el combate a la delincuencia como la principal prioridad de su gestión, haciendo una extraordinaria especialización de recursos. ¿No sería posible crear un fondo con un porcentaje de donación sobre todas las obras contratadas por el Estado?
No se podrá invertir ahora todos los recursos que se requieren. No todo el problema en su conjunto podrá enfrentarse ahora, pero se dejará claro el aviso de que se ha emprendido una estrategia sostenible, que cada año y en cada presupuesto nacional los partidos, los senadores y diputados, los medios de comunicación y todos los sectores sociales vamos a propugnar porque sean invertidos los recursos necesarios para combatir la delincuencia en todas sus implicaciones y vertientes, en todas sus causas y efectos.
Atentamente,,
Milagros Ortiz Bosch.