Hay pobres muy educados, y ricos muy mal educados. Sin embargo, ningún país del mundo ha alcanzado el desarrollo sin la educación. La estrecha relación entre la pobreza y analfabetismo, o viceversa, es evidente tras un análisis comparativo de los principales indicadores en las naciones desarrolladas y las que están en el polo opuesto.
Nueve de las naciones más ricas del mundo tienen una tasa promedio de alfabetización de 99.5 por ciento, en tanto que la media en las diecisiete más pobres es de 43. En el primer grupo, la esperanza de vida es de 73 años, y en el segundo es de apenas 48 años.
Japón, Noruega, Suiza, Islandia y Luxemburgo, con una alfabetización de 100 por ciento, los ciudadanos tienen una esperanza de vida de 76 años; mientras en Yemen, Tanzania, Sierra Leona, Ruanda, Nigeria, Etiopía, Mozambique y Burundi, con apenas un 56 por ciento de la población alfabetizadas, la media de vida es de apenas 47 años. En los primeros hay un médico por cada 245 habitantes, y en los segundos, uno por cada 3, 700 pobladores.
En América Latina, la relación educación y desarrollo, también se manifiesta. Los pueblos que muestran el más bajo índice educativo, como Bolivia, Guatemala, Honduras, Paraguay y Nicaragua, son a la vez los más pobres; en tanto que Chile, Costa Rica y Uruguay, con los niveles más altos de educación son los más desarrollados. En la República Dominicana, que ha logrado avances en los últimos años, las regiones o provincias con mayor tasa de escolaridad y capacitación son igualmente las que cuentan con más fuentes de riquezas y en consecuencia, la pobreza es menor.
A partir de esta realidad cada vez es mayor la preocupación y esfuerzos de organismos como los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo para lograr avances en este sentido teniendo como meta el año 2015. Los tres objetivos principales son: asegurar la educación primaria universal de todos niños y niñas, incrementar en un 50 por ciento la alfabetización de adultos y mejorar en todos los aspectos la calidad de la educación. Así lograremos el progreso.