New York.- En este párrafo rescataremos del injusto olvido la palabra lealtad. A partir de este instante les rogamos tengan los ojos aun más abiertos que nunca. Es de sabio y sin pretensión relatar todo lo ocurrido en estos días ante de la cuaresma. Luchas intestinas aparecen, y todo estaba preparado para que los resortes se activasen pero ni la sumatoria de sus llamados conocimientos intelectuales y los dineros del pueblo pudieron sonsacar a los mejores hombres.
Este modelo político que parece ser, pusieron en práctica solo tocó sujetos de pocas valías dentro de las filas de los otros partidos políticos. En varias ocasiones hemos puesto énfasis en lo que debe ser una constante para un político que se respete a sí mismo y a los demás, pero en el ínterin antes de la cuaresma se veía venir, sin darnos la oportunidad de respiro, un “carnaval de sólidos”. Según escalofriantes informaciones “los sin partidos” comercializaron sus “dignidades”. A estos diablos les entró el festín de doradas resonancias cual confeti en carnaval. Ellos con gran dosis de optimismo se sumergieron como niños debajo de la piñata rota, y se salpicaron con agua fresca como aterradora.
Alguien del gobierno puso de mote tránsfugas a estos diablos políticos; ¿Qué profesión tienen los que ahora están comiendo del pastel? ¿Qué hace falta para llegar a una conclusión justa? ¿Cómo se detienen esa rubricas vigorosas con los diablos que solo buscan procedimientos de doradas ganancias? Porqué las bases de ese partido siguen aceptando con complacencia, naturalidad y sumisión a un grupo de advenedizos, que solo representa una agresión para sus candidaturas y para el poco dinero con que ellos cuentan.
A la luz de todo lo visto podemos afirmar que los “diablos” que se fueron nunca fueron verdaderos militantes, sino que son elementos que se enceguecen por todo lo que brilla. Esta es una razón muy importante y tal vez un argumento desestabilizador pero edificante para los verdaderos reformistas que deben analizar todos los planos y puntos de vistas de cualquiera que se le ponga enfrente y se llame a sí mismo “dirigente político”. Es que estos Diablos se aprovechan hipócritamente de las bases.
Vamos a demorarnos en todo esto, pues si ustedes recuerdan en las fiestas de carnaval se juntan mansos con cimarrones, todo es “bulla" y “algarabía” en fin pura fantasía. Pero luego del carnaval viene la cuaresma donde nadie quiere estar con los impuros. No hay que ser genios para preguntarnos acerca de las motivaciones que rayan en lo enfermizo, para que el gobierno recogiera los “Diablos en Carnaval”. Si estos diablos viesen la posición tan humillante que de ahora en adelante les va a tocar. Que aunque sus trajes estén llenos de cascabeles, espejitos y bebecitos de plásticos; solo será un traje de carnaval, porque tarde o temprano a ellos los encueran. Luego estos diablos querrán buscar argumentos para sostener su teoría del festín, pero el fondo de su traición estar muy arraigado en las bases del partido al que pertenecían. Los diablos querrán volver como hijos pródigos haciendo un recuento no creíble del aguijón que los impulsos a emprender este desfile carnavalesco, que como (roba la gallina) iba de esquina en esquina a buscar su boronita..
Pero a través de la historia se ha afirmado, que en el carnaval es que sale todo lo que cada uno lleva por dentro. En esta pre-cuaresma vimos emerger las verdaderas intenciones y que por la plata baila el mono y más si es carnaval.
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