MEXICO.-Hace unos días, Estados Unidos, América Latina y el mundo en general, fuimos testigos de una marcha de protesta llevada a cabo por indocumentados y sus defensores, que ha generado las más diversas posturas ante el fenómeno de la inmigración en aquel país de bandera de franjas y estrellas. Francamente yo me congratulo con la valiente actitud que han tomado los latinos participando en un evento de esta magnitud y me da mucho gusto que el slogan de “ya basta” se haga escuchar aún con métodos poco ortodoxos, pues ya es hora de exigir un alto a las medidas antimigrantes, a las humillaciones, a los abusos y a los atropellos que reciben nuestros paisanos en el vecino país del norte.
Sólo por poner un ejemplo, la policía de Los Ángeles calculó la participación de más de medio millón de personas, en lo que muy bien podría ser la movilización de migrantes más grande en la historia estadounidense, lo que nos deja entrever en primer lugar, el número tan grande de latinos que trabajan allá y en segundo lugar, el grado de impacto que una convocatoria de esta naturaleza genera.
Con esto, me queda claro que lo que en realidad falta para frenar situaciones de esta índole es voluntad. Voluntad de querer ser escuchado, voluntad para organizarse pacíficamente, voluntad para actuar y dejar de quejarse.
Yo comulgo ampliamente con la idea de que “en la manera de pedir, está el recibir”, es decir, creo que en la medida que sepamos reclamar pacíficamente, seremos escuchados y tomados en cuenta. Y digo “sepamos” porque aunque no vivo ni trabajo en Estados Unidos, soy mexicana y como tal, me solidarizo con la causa de mis compatriotas y logro percibir la frustración e impotencia que deben sentir al estar en una tierra ajena, con un idioma ajeno y además ser devaluados en sus trabajos y tratados como personas indeseables cuando gracias a ellos, y sólo a ellos, la economía de aquella nación es lo que es.
Por otro lado, la idea de construir un muro fronterizo no frenará nada ni logrará nada, más que dejar de manifiesto la discriminación e intolerancia con que el gobierno de Bush ve a los trabajadores latinos que arriesgan todo con tal de llegar a trabajar allá y procurar, de este modo, una supuesta mejor vida a sus familiares.
Recientemente el CIDAC (Centro de Investigación para el Desarrollo A.C.) realizó una encuesta donde se manifestó que el 69% de los ciudadanos estadounidenses rechaza la construcción de un muro en la frontera con México. Esto quiere decir que no es una demanda ciudadana, sino un capricho de aquel gobierno.
Es por ello que veo de suma importancia que movilizaciones pacíficas como las que ocurrieron en Los Ángeles, Denver, San Francisco, Chicago, Atlanta, Washington, Phoenix, etc., no sólo se repitan sino aumenten en fuerza y en poder.
Ya es hora de que los latinos nos hermanemos y luchemos juntos para hacer respetar nuestros derechos y dejemos de ser tratados como animales de caza, a los que se les dispara y mata sin un motivo realmente justificable.
Y creo que en todo caso, las sociedades protectoras de animales, tienen más ingerencia y poder cuando se maltratan algunas especies. No es justo ni perdonable bajo ningún parámetro entonces, ser tratados peor que a una bestia.
Si la marcha produjo daños económicos calculados en 28 mdd por un solo día de paros laborales, ¿cuánto les costará si los indocumentados dejan de laborar una semana, dos, un mes..…?
¡Ya basta! Y como bien decían las camisetas que portaban algunos inconformes: “We are not a criminals”. Por tanto ¡No a la HR4437 ! ¡No a la persecución!