Uno que vende chinos; otro que por rumores constantes y querellas firmadas es asesino; uno que solía ser líder del frente de choferes, ahora tan sólo busca su comia'. Otros que no saben leer ni escribir…
No es que llenemos el Congreso Nacional ni el ayuntamiento de la pura y cruel aristocracia que cada vez se ve mitigada en la República Dominicana, y que no es más que una farsa protagonizada por tribus que terminan con la letra "i". Tampoco es que llenemos ese lugar de comediantes ni megas divas para que se convierta en un verdadero espectáculo parlamentario. Pero sí debemos exigir que los candidatos que pretenden ocupar esas cámaras que se supone representan la verdadera democracia en nuestro sistema, cumplan al menos ciertos requisitos de integridad, valores morales y principios éticos para así armonizar no sólo las relaciones allí dentro, sino aquí afuera.
Lo que ellos hagan se traduce en esta sociedad acribillada por la mala administración pública. Y es que acaso nos seguirán entrando a botellazos? y no lo digo metafóricamente; lo digo porque en eso se convierten esos puestos… en botellas!!