SANTO DOMINGO.-El analista del diario Libertad Digital de España considera en un artículo que el presidente Leonel Fernández está en contra del socialismo y a favor de la globalización, y “lo que pide explícitamente es que a los dominicanos les suban los impuestos”.
El articulista Carlos Rodríguez Braun, dice que Leonel Fernández no es un político detestable como el presidente venezolano Hugo Chávez, pero le criticó su teoría sobre la economía
En su artículo titulado “Tontería económica de la semana” en el que se refiere a la tesis sostenida por el presidente Fernández, el autor dice que si hay algo deprimente es comprobar cómo el socialismo es “de todos los partidos”.
Agregó que con la tesis económica de Fernández deben de estar de acuerdo todos los dirigentes del Partido Popular (de Derecha en España).
A seguidas el texto completo del comentario de Rodríguez Braum.
Corrección
Carlos Rodríguez Braun
Don Leonel no es un político detestable; no parece ser un Chávez. Está en contra del socialismo y a favor de la globalización. Y sin embargo, lo que pide explícitamente es que a los dominicanos les suban los impuestos. Si hay algo particularmente deprimente para un liberal es comprobar cómo el socialismo es "de todos los partidos", que diría Hayek. Esta semana pude comprobar que la aprensión que a cualquier amante español de la libertad le suscitan las simpatías intervencionistas de la derecha tiene ecos fuera de aquí. El señor Leonel Fernández, presidente de la República Dominicana, dijo: "no se debe ideologizar la política económica… ni el mercado resuelve los problemas sociales ni el Estado garantiza la estabilidad macroeconómica… cada uno con su papel: el mercado, como un instrumento de asignación de recursos en una economía de libre competencia; el Estado, como garante de una redistribución de la riqueza".
Me pregunto si habrá algún político del PP que esté en contra de esta afirmación. Seguramente ninguno. Y eso es lo que la vuelve no sólo errónea sino letal. Es errónea porque el mercado no es un instrumento. Es letal porque si aceptamos esta teoría, estamos entregando las armas a los enemigos de la libertad aún antes de presentarles batalla. Porque los instrumentos son contingentes. Si el mercado es sólo un medio, la única discusión sobre la libertad es teleológica: hay que ver si la libertad "funciona" o no. Y si no funciona, pues se la suprime, y ya está. En cambio, el Estado estabiliza la economía y es "garante de una redistribución de la riqueza", con lo que no sólo "funciona" siempre por definición, sino que además su expansión carece de ningún límite preciso. Esto es un disparate y un peligro –porque asigna a la coacción legítima la categoría de fin– pero se deriva directamente de lo que piensa el señor Fernández, y prácticamente todo el mundo.