Triste y desconcertante es el caso de un hombre que mató a su esposa, en el municipio de El Cercado, San Juan de la Maguana, porque supuestamente la mujer lo esperaba siempre con un pleito cada vez que este regresaba de trabajar en horas de la noche.
Independientemente de las circunstancias, lo cierto es que hechos como este nos traslada a la época cavernaria, donde se cometían todo tipo de atrocidades, porque no existían ningún tipo de leyes para castigar hechos con este. El marido de la occisa la mató de un solo palo en la cabeza produciéndole de inmediato la muerte.
¡Que pena!… La sangre corrió a borbotones y sus tres hijos quedaron en la orfandad: la madre muerta y el padre preso.
Ahora los hijos piden la libertad de su padre, aduciendo que después de haber perdido su mamá, quieren por lo menos estar al lado de su padre; que actuó por ira contra su mujer.
En la comunidad se le conoce como un campesino tranquilo, de quien nadie imaginaba que cometería una barbarie como esta, la cual ha consternado a todos los habitantes del Cercado, pero eso no le da potestad para arrancarle la vida a su compañera.
Son muchos los esfuerzos que han hecho las autoridades y varias organizaciones para erradicar la violencia intrafamiliar; sin embargo, las agresiones conyugales en República Dominicana siguen siendo alarmantes. Según las estadísticas, cada dos meses se producen veintiún feminicidios.
A pesar de que la violencia contra la mujer constituye en el país un fenómeno de ocurrencia ancestral; lo cierto es que hay que ponerle especial atención a esta problemática, ya que aumentaría el número de huérfanos que se criarían con otros familiares y no con sus padres, lo que podría provocarle algunos trastornos de conducta por la falta de alguno de ellos.
El endurecimiento de las penas contra quienes infligen maltratos a las mujeres, no ha sido la panacea al problema. Para enfrentar la violencia intrafamiliar se requiere de una campaña de orientación más fuerte hacia los hogares, que es el centro de la familia, donde se moldean las conductas, porque nada hacemos con promover por los medios de comunicación la manera de comportarse de los individuos, sino lo hacemos en el seno familiar. Por eso exclamamos: ¡ Basta ya de maltrato contra la Mujer! Y forjemos nuevos individuos dignos de una sociedad más sana.