Lo recuerdo como ahora.
Era canciller precisamente el actual, Carlos Morales Troncoso.
Se avecinaba la acción militar estadounidense para desplazar a dictador Raúl Cedrás y reponer a Jean Beltrand Aristide.
Gobernaba Bill Clinton en Estados Unidos y aquí Joaquín Balaguer.
Yo era reportero nocturno del periódico El Siglo, ido a destiempo.
Lo recuerdo como ahora.
Estados Unidos pensaba que los militares haitianos tenían valor para hacerle alguna resistencia.
Y por eso necesitaba alguna movilidad desde territorio dominicano. Alguna no, toda la movilidad posible.
Había que firmar un tratado que permitiera que las tropas de EE.UU. se desplazaran por el territorio nacional.
Los tratados anteriores no eran suficientes, Por eso debía ser un tratado claro, que permitiera el desembarco de tropas, y que además, se permitiera el tránsito de los vehículos por autopistas y carreteras sin los requisitos de ley exigidos en el país.
Recuerdo el misterio, porque quien firmara ese tratado del lado dominicano sabía que no podría exhibir patriotismo ante los dominicanos.
Pero el tratado había que firmarlo y hacerlo público. Y en medio de aquella atmósfera nerviosa se dio a conocer el documento en la Cancillería.
Me correspondió cubrir aquel episodio y redactarlo para el diario El Siglo. Lo entregó una tarde la cancillería, cuando ya las tropas de Estados Unidos estaban llegando a Puerto Príncipe.
En realidad, los militares haitianos no resistieron, para no decir huyeron, y la llegada de las tropas norteamericanas con Jean Beltrand Aristide a bordo no enfrentó mayores dificultades.
Copia de este tratado debe reposar en la Cancillería, precisamente al mando hoy de Morales Troncoso, quien debe saber muy bien esta historia. De seguro que hay copia en la Embajada de Estados Unidos en Santo Domingo.
Ese tratado o acuerdo, estableció desde entonces todo lo que estamos viendo hoy.
Basta con comunicarle al Gobierno Dominicano la llegada de las tropas de Estados Unidos, y lo único que se debe hacer es abrirle paso.
Como somos una prensa sin memoria y gente sin memoria se nos olvidan estos hechos de ayer que explican los hechos de hoy.
Al jefe del Ejército Nacional que trate de obtener una copia del tratado, que no se limitó a la coyuntura aquella de la crisis de Haití, sino que se quedó como un compromiso para siempre del Estado Dominicano.
No olvidemos tan fácil, no perdamos la memoria.