SANTO DOMINGO.-El ganador de la primera vuelta electoral en Perú, Ollanta Humala, dijo que no defiende un modelo económico cerrado, y afirmó querer un país tan nacionalista como Estados Unidos. “El señor Toledo, de manera autoritaria, va a firmar un tratado comercial con Estados Unidos sin respaldo político. No habrá un responsable político en el congreso que asuma las consecuencias de ese acto”, afirmó el candidato Ollanta Humala para el programa de televisión Oppenheimer Presenta, dirigido por el periodistas Andrés Oppenheimer.
Humala, en la misma entrevista, añadió que el presidente de Perú “tiene la legalidad, pero no la legitimidad, ni el respaldo del pueblo” para firmar acuerdos comerciales.
Sin embargo, enfatizo en que, si llega al poder, garantizará la inversión extranjera y el derecho a la propiedad privada. Aclaró que si bien la globalización “tiene efectos perniciosos”, no la considera negativa.
En este sentido, explicó que hay países “globalizadotes” y globalizados. Clasificó a Perú en estos últimos, y denunció que la soberanía de su país “está siendo perforada” y que los sectores productivos están tendiendo a la desaparición por culpa de la globalización.
Precisamente sobre ese tema, aseguró que como presidente no alterará las reglas del juego de la inversión extranjera, no “patearemos el tablero”, según sus palabras, pero aclaró que hará la revisión de esos contratos porque hay empresas que no han pagado impuestos o regalías a empresas de propiedad del Estado. “Queremos proteger lo que es defendible en nuestro país, nuestras actividades productivas”.
CARRERA ARMAMENTISTA
“Chile es un país nacionalista, que está comprando armas de manera compulsiva, dijo Ollanta Humala en el programa Oppenheimer Presenta, al tiempo que advirtió que durante su gobierno, de ganar la segunda vuelta, seguirá congelada la compra de material bélico.
Al respecto, afirmó que “no vamos a cometer el error de iniciar una carrera armamentista. Nosotros lo único que queremos construir es una fuerza armada sólida moralmente y físicamente disuasiva”.
Desde esta perspectiva, criticó a países de América Latina que desvían recursos a la compra de armas, y no dedican ese dinero a educación, salud y pensiones.
Por otra parte se refirió a la rebelión militar que él protagonizó en octubre del año 2000 como una forma de fortalecer el orden constitucional. Lo mío no fue un golpe, jamás intenté llegar al palacio del gobierno
En relación con ese punto, afirmó que él no es el candidato de las fuerzas armadas de su país y explicó que la descomposición del sistema político en América Latina ha producido una serie de golpes de estado de masas, donde la población ha pateado, golpeado, a los que han incumplido el contrato social, es decir, a los presidentes.
A la pregunta de si iba a cambiar las leyes de prensa, como en Cuba o Venezuela, dijo que defiende la libertad de prensa y que ha construido un movimiento político que defiende la democracia.