SANTIAGO (Cuba).- A medida que el presidente Fidel Castro se acerca a la edad de 80 años, muchos dentro y fuera de Cuba especulan -y en algunos casos, planean- la sucesión. "Fidel es como un padre para mí", afirma Adalaida. "Ha estado conmigo toda mi vida, y él y la revolución me han dado todo lo que tengo".
Adalaida está ocupada barriendo el porche de cemento fuera de la choza de madera que comparte con su marido José, en la Cuba rural profunda.
José es miembro de la cooperativa de cultivo en Pinar del Río que, como muchas otras, produce tabaco para los famosos habanos cubanos.
Pese a que cada mes ganan mucho menos de lo que cuesta un paquete de cigarros en los hoteles para turistas, la pareja afirma que son felices, especialmente ahora que poseen su propio terreno para cultivar hortalizas y arroz, que ambos usan para su propio consumo y para vender en el mercado local de agricultores.
Pero Adalaida está preocupada. Sabe que Fidel se está poniendo viejo. Como muchos en Cuba hoy, se pregunta qué pasará con su vida y con la revolución una vez que él no esté a cargo.
"Cuando no aparece en la televisión, temo que algo le haya pasado. Cuando muera, será terrible para mí", afirma Adalaida.
¿TRANSICION PROLIJA?
Acercándose a su cumpleaños número 80, Castro ha estado al mando de la revolución socialista en Cuba desde su comienzo, en 1959.
Algunos creen que Raúl Castro será el sucesor. A él todavía es a quien se dirigen las miradas de los fieles al Partido Comunista cuando buscan inspiración e ideas para mantener viva la revolución.
Una de sus seguidoras más fieles es Kenia Serrano, diputada de la Asamblea Nacional y líder del Partido Comunista.
Ella dice que no cree que haya gran agitación política cuando Fidel muera. "La sucesión ha sido preparada", insiste. "El primer vicepresidente es Raúl" (el hermano menor de Fidel, jefe de las fuerzas armadas de Cuba).
"Y más allá de él, tenemos una clase dirigente que ha aprendido de Fidel lo que es necesario para continuar construyendo la revolución".
TEMORES DE LA OPOSICION
Otros en Cuba no están tan seguros de que la transición será tan suave. "Tenemos una clase dirigente que han aprendido de Fidel lo que es necesario para continuar construyendo la revolución", dice Kenia Serrano, legisladora comunista
"Después de Fidel, hay un enorme riesgo de inestabilidad y caos", afirma Oswaldo Payá. Él lidera un pequeño grupo de oposición conocido como el Movimiento Cristiano Liberación.
Entre los 75 disidentes detenidos en marzo de 2003 -y sentenciado a varias condenas en la cárcel- hay miembros del grupo de Payá.
Payá afirma que las fuerzas de seguridad del Estado lo han amenazado diciéndole que, cuando muera el presidente, será arrestado y asesinado.
Para prevenir el riesgo de una explosión de violencia después de la muerte del presidente, Payá apoya el establecimiento de un diálogo ahora, con la esperanza de de promover una transición pacífica a un sistema más democrático.
Pero no es sólo gente en la isla quienes planean el futuro de Cuba después de Castro.
PLANES DE EE.UU.
En Washington, la administración de George W. Bush ha nombrado a Caleb McCarry como "coordinador de la transición" en Cuba.
Él afirma que su trabajo es ayudar a los cubanos a "recuperar su libertad después de 47 años de una brutal dictadura".
Para lograr esto, McCarry cuenta con un presupuesto de US$59 millones para "acelerar la transición" y para asegurarse de que ni Raúl Castro ni ninguno de los demás pretendientes, desde el vicepresidente Carlos Lage al ministro de Relaciones Exteriores Felipe Pérez Roque, continúen automáticamente el sistema actual. "Están planeando la continuación de la dictadura", afirma McCarry.
"Estamos suministrando apoyo a un proceso de transición que ayude a los cubanos a recuperar su soberanía y que se lleven a cabo elecciones libres y justas".
Además de estas iniciativas oficiales, muchos en la comunidad de exiliados cubanos en Miami ya están soñando con un regreso a Cuba.
Estos van desde Lombardo Pérez, quien tiene planes de instalar concesionarios de venta de vehículos alrededor de la isla, hasta José Cancela, un consultor de medios que afirma tener comprometidos US$1.000 millones de personas interesadas en invertir en los medios de una Cuba no comunista.
¿INTERVENCION ARMADA?
Otros en la comunidad cubana en Miami todavía desean que Estados Unidos no espere al final natural de los días de Fidel Castro en el poder.
Según un sondeo reciente, uno de cada tres encuestados afirmaron que estarían a favor de una intervención armada de Estados Unidos para lograr un cambio de gobierno en Cuba.
"¿Cómo puede ser que Estados Unidos haya ido tan lejos de nuestras costas para deshacerse de un tirano y no entiende el riesgo de tener a alguien propagando el comunismo y la violencia por este continente?", se queja Remedios Díaz, una empresaria que es una de las fundadoras del Consejo por la Libertad de Cuba. Estamos suministrando apoyo a un proceso de transición que ayude a los cubanos a recuperar su soberanía y que se lleven a cabo elecciones libres y justas
Ella espera con ansia el día en que pueda vender sus productos libremente en toda Cuba y no le preocupa si el cambio es inducido por la fuerza.
Para la mayoría, sin embargo, la idea de un conflicto armado es el peor escenario para la transición post-Castro.
Las voces disidentes en Cuba aseguran que tiene que haber diálogo y reconciliación, y que cambiar la sociedad cubana a una democracia más abierta y occidental necesita ser un proceso gradual.
Por su parte, la legisladora de la Asamblea Nacional Kenia Serrano expresa una advertencia en nombre de aquellos que todavía creen en la revolución de Fidel Castro: "Si hay una intervención, lucharemos inmediatamente".
"En todos los vecindarios, en todos los rincones de este país, vamos a tener gente preparada para luchar".