GUATEMALA, (PL) Las muertes violentas en Centroamérica se mantienen sin tregua aún en Semana Santa, con un reporte hasta hoy de alrededor de 250 fallecidos, en su mayoría por ataques con armas de fuego.
El Salvador tiene el mayor índice, con 123 víctimas mortales, 89 de ellas por impactos de bala o artefactos punzo cortantes, 22 en accidentes de tránsito y 12 ahogados.
Durante el asueto de la Semana Mayor, el flagelo de la violencia se mantuvo en Guatemala, donde se reportaron al menos 50 muertos y más de 100 heridos, también en su mayoría por ataques con armas de fuego, según informaron los cuerpos de socorro.
Desde el inicio las celebraciones religiosas se vieron ensombrecidas por el asesinato de dos jóvenes en la puerta de una iglesia de esta ciudad cuando entraba una procesión.
El hecho, cometido en medio de una ceremonia de tanta tradición, impactó a la población y provocó el despliegue policial en los atrios de las principales iglesias de la capital, en contraste con el ambiente de espiritualidad que debe primar en estos días.
Entre los incidentes registrados durante las últimas horas se encuentra el naufragio de una embarcación de la policía en el puerto de Ocós, con el resultado de un agente muerto, otro rescatado con vida y dos desaparecidos.
El feriado de Semana Santa dejó también 40 víctimas mortales en Honduras por riñas, accidentes de tráfico y ahogamientos.
En Costa Rica, la Cruz Roja contabilizó hasta hoy una veintena de muertos en condiciones violentas y tres desaparecidos.
Mientras, en Nicaragua las autoridades reportaron al menos 16 fallecidos por riñas o accidentes.
El hecho más sangriento ocurrió el Viernes Santo en el departamento de Estelí, donde murieron cuatro campesinos y tres resultaron heridos.
El pasado año más de 400 personas fallecieron en Centroamérica durante las vacaciones de la Semana Santa, lo cual contradice el espíritu de lo que deberían ser unos días de asueto, descanso y tranquilidad familiar.