Para la dirección de una importante clínica privada, ubicada en la capital de la Republica Dominicana, así como para la esposa del exbanquero y exfuncionario del gobierno que encabezara el abogado, Salvador Jorge Blanco, el traslado de Leonel Almonte a una cárcel de San Juan de la Maguana, para que responda por unas de las tantas querellas que pesan contra él, por el alegado desfalco cometido durante su presidencia al frente del desaparecido Grupo Financiero Universal, constituyó un abuso y una violación a las más elementales normas legales.
La reacción de las autoridades del centro médico y de la esposa del ex banquero (quiénes improvisaron una rueda de prensa urgente), fue de repudio a una acción que calificaron de “temeraria”.
De acuerdo con los médicos que han atendido al ex banquero y ex funcionario perredeísta, el señor Leonel Almonte “sufre depresión aguda y severa”.
Todo esto ocurrió luego que funcionarios del Ministerio Público y de la Dirección General de Prisiones, hicieran cumplir la orden de un juez liquidador de San Juan de la Maguana, donde se le instrumenta un expediente judicial, al ex banquero.
Sin embargo, aún HOY muchos dominicanos recordamos como miles de ahorrantes dominicanos y sus descendientes, sufren la desgracia de no tener donde vivir, qué comer, en fin como sostenerse y educar a sus hijos, ya que lo poco o mucho que tenían se desvaneció como por arte de magia, en las bóvedas del desaparecido Grupo Financiero Universal, que encabezara el señor Leonel Almonte.
Cientos de hombres y mujeres han fallecido, unos por la falta de recursos para comprar sus medicamentos y otros por la desesperación de haber perdido el fruto del trabajo de 20 o 30 años.
Otros, optaron por el suicidio, al ver imposibilitados sus esfuerzos para que se les pagaran sus ahorros.
Recuerdo que días antes de “destaparse” el escándalo de la quiebra del Banco Universal, sus ejecutivos lanzaron una intensa campaña para captar ahorrantes, entre los cuales estuve yo al caer en sus redes.
Es por ello, que me resulta risible, que HOY, empresarios de la medicina critiquen la “forma” temeraria en que fue trasladado un paciente el domingo de resurrección.
Son cosas como estas, las que hacen que el dominicano pobre, de clase media y hasta el gran empresario, se pregunten ¿Cuándo llegará la verdadera justicia a nuestro país?.
Porque hasta el momento, lo que hemos visto los dominicanos y extranjeros radicados por largo tiempo en el país, es que en la República Dominicana sólo hay justicia “para los de abajo, para los jodidos”.
Hasta el momento, lo que hemos visto los ciudadanos que compartimos esta media isla, es que al ladrón de cuello blanco no le alcanza la justicia, y de que el dinero y el poder económico y político todo lo pueden.
Ojalá que el sistema de justicia dominicano empiece a cambiar esa percepción que tenemos los dominicanos, con sentencias justas y ejemplarizadoras.
Ojalá que señores como el ex banquero Leonel Almonte, no continúen disfrutando de recursos que fueron el fruto del trabajo y del sacrificio de miles de ahorrantes.