Lo que más necesitan los dominicanos y dominicanas es paz. Una paz cimentada en la legitimidad de sus instituciones.
De cara a los comicios del 16 de mayo, los políticos tienen la responsabilidad de garantizar esa legitimidad institucional.
Hay que decir que también la Junta Central Electoral (JCE), pero hasta la legitimidad de esta se iría por la borda si los políticos no actúan con la responsabilidad debida.
Apostar desde ahora a un desorden electoral es altamente peligroso. Querer imponerse en los comicios por medios no democráticos nos conduciría al caos social y por ende al fracaso económico.
Nuestro país tiene el gran desafío de lograr que el desarrollo económico se distribuya equitativamente hacia todos sus ciudadanos.
No hablamos de la utopía de que todo el mundo reciba la misma porción, sino que cada quien reciba lo necesario para vivir con dignidad y se sienta orgulloso de la nación donde vive.
Necesitamos que tras los comicios haya unidad para enfrentar el desempleo, la carestía en los artículos de primera necesidad, la amenaza de la delincuencia que genera inseguridad y los factores externos que amenza a nuestra economía.
Es válido que los partidos desarrollen sus campañas de manera vigorosas. Eso ayuda a poner entusiasmo en la población. Y con ello se puede inducir hacia una mayor asistencia a las urnas.
Pero ocurridas las votaciones, cada partido debe de acogerse a los resultados expresados en las urnas por la ciudadanía.
Y logrado ese propósito, de seguro que el país podrá avanzar hacia conquistas económicas y sociales más auspiciosas.
No solo la ciudadanía necesita un país en paz, sino el Gobierno y la oposición, que no deben dejarse confundir que en el episodio del 16 de mayo todo va a terminar, cuando se trata de un tránsito a metas más superiores.
Hay que felicitar el ambiente en que se desarrolla la campaña electoral, aunque uno preferiría que se elevara el debate para que este sea un instrumento de educación de los electores.
Pero no debemos ser pretensioso. Se observa, en comparación con otros procesos pasados que algo se ha avanzado.
Ahora, lo que deben hacer los partidos es garantizar que este ambiente se mantenga, que se respeten uno con otros y que se apoyen los trabajos de la JCE.
Y si logramos unos comicios sin trauma, de seguro que avanzaremos firme hacia el progreso que tanto enarbola la actual administración del presidente Leonel Fernández.