TEHERÁN.- El mundo espera este viernes el informe que será rendido en las Naciones Unidas sobre los planes nucleares de Irán. El mercado del Petróleo también-
El informe será presentado por el director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Mohamed el Baradei, tras concluir el plazo dado por la ONU a Irán para que cese sus planes nucleares. Mientras, el presidente iraní sigue desafiante y dice que no hará caso de lo que diga el OIEA.
El informe, que será presentado a la junta de gobernadores del organismo formado por 35 países, contendrá una evaluación del cumplimiento por parte de Irán de las exigencias que le ha planteado la comunidad internacional.
Pese a que se dará a conocer en Viena, sede del OIEA, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas también recibirá una copia, como establece la declaración presidencial adoptada por el órgano ejecutivo de la ONU a finales de marzo. En aquel documento, el Consejo concedía el plazo de 30 días a Irán para que cumpliera con sus obligaciones y expresaba su intención de actuar con más dureza si continuaba su negativa a cumplir con las resoluciones del OIEA.
Sin embargo, no se espera ninguna decisión por parte del Consejo de Seguridad hasta la celebración, el 2 de mayo, en París, de una reunión de los cinco miembros permanentes -Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y Rusia- más Alemania, en calidad de integrante de la 'troika europea' (UE-3) que negocia una solución con Irán. Fuentes diplomáticas dijeron que EEUU está intentando organizar una reunión entre estos países el 9 de mayo en Nueva York.
Irán, desafiante
Mientras tanto, el Gobierno iraní mantiene su postura desafiante y sigue reclamando su derecho a producir energía nuclear para fines pacíficos, aunque no elude dirigirse a la comunidad internacional con amenazas. El presidente, Mahmud Ahmadineyad, ha amenazado con cortar toda relación con el OIEA y llevar a cabo su programa nuclear en secreto si es objeto de sanciones por parte de la ONU. Ayer advirtió además que, si algún país trata de invadir Irán, el régimen islámico le pondrá "la marca del arrepentimiento y la vergüenza".
Hoy, mientras se espera el informe del OIEA, Ahmadineyad se ha adelantado y ha dicho que le da igual lo que diga y que su Gobierno hará caso omiso. "Aquéllos que quieren impedir a los iraníes su derecho deberían saber que nos importa un bledo", ha declarado.
Ayer, Ahmadineyad presumió de que "las palabras de Irán afectan actualmente al mundo entero" y de que el país puede convertirse en una potencia.
"El acceso de la República Islámica de Irán a la ciencia pacífica nuclear puede dar al país un gran impulso hacia adelante", dijo el mandatario anoche; y explicó que el logro iraní de haber conseguido combustible nuclear supone un avance "tan importante que puede cambiar" la relación de fuerza entre las potencias mundiales.
La secretaria de Estado de EEUU, Condolezza Rice, afirmó que el principal foco de acción es el Consejo de Seguridad, "donde aún queda mucho por hacer". La jefa de la diplomacia estadounidense no descartó ninguna opción para disuadir al régimen iraní de mantener sus proyectos nucleares.
En realidad, los ministros de Exteriores de la OTAN y de la Unión Europea, reunidos en una cena transatlántica informal en Sofía, se mostraron unidos en afirmar que la diplomacia sigue siendo un elemento esencial para resolver el contencioso. Sin embargo, Rice aseguró ayer que "está claro que Teherán no cumplirá con los requisitos" de la comunidad internacional, por lo que subrayó que sólo con "unidad y fuerza" es posible que el Gobierno iraní entienda que "sigue un camino que sólo puede llevarle hacia el aislamiento".
El representante de Washington ante la ONU, John Bolton, anticipó que el Reino Unido y Francia están preparando un borrador de resolución preceptiva para presionar a Teherán a suspender sus actividades nucleares. "Creemos que el próximo paso es una resolución bajo el Capítulo VII", declaró el diplomático, haciendo alusión a la posibilidad de Naciones Unidas de adoptar cuantas medidas sean necesarias -incluidas sanciones económicas y diplomáticas, así como la fuerza militar- para hacer cumplir una resolución.
Por su parte, el embajador británico, Emyr Jones Perry, indicó que espera que la propuesta de resolución esté lista para la reunión de la semana que viene en París, cita que consideró clave para determinar qué pasos hay que seguir. "Sería decepcionante si la semana próxima el Consejo no puede poner sobre la mesa una resolución, asumiendo que el informe de El Baradei será el que esperamos", dijo. Y es que, según el 'número tres' del Departamento de Estado de EEUU, Nicholas Burns, el documento que presentará El Baradei será "extremadamente negativo" para Irán.
Estados Unidos, con el apoyo de sus aliados europeos, encabezó la campaña para que la crisis nuclear iraní fuera remitida al Consejo de Seguridad, órgano que incorporó el tema en su agenda en febrero, pese a que Rusia y China siguen sosteniendo que el marco para solucionar la cuestión sigue siendo el OIEA.
Los países occidentales temen que el objetivo último de las actividades de enriquecimiento de uranio por parte de Irán no sea la producción de energía, sino la fabricación de armas nucleares. Si finalmente se presenta la resolución en el Consejo de Seguridad, será la primera que sus miembros deberán debatir sobre el complejo caso iraní, por lo que se espera que las discusiones sean largas e intensas.
Fuentes diplomáticas señalaron que si la declaración presidencial adoptada en marzo, que no tiene carácter vinculante, tardó un mes en gestarse, una resolución podría requerir de mucho más tiempo. Rusia y China, que como miembros permanentes del Consejo tienen poder de veto, ya han expresado su oposición a una resolución con carácter obligatorio y mantienen que el contencioso iraní debe solucionarse "diplomáticamente".