SAN FRANCISCO.- La presencia de más de 11 millones de ilegales preocupa a los norteamericanos, pero nada los había irritado tanto como el que se haya hecho una versión en español de su himno.
Ahora, se considera que esa versión en “spanglish”, con ritmo latino del himno estadounidense lo que se ha logrado es un canto para los millones de indocumentados y hasta el presidente George Bush ha condenado el hecho.
El lanzamiento del disco se produce tres días antes de que se celebre en Estados Unidos un boicot de inmigrantes en favor de sus derechos.
La nueva versión del himno en la lengua de Cervantes con salpicones de inglés pone el dedo en la llaga, ya que pretende modificar uno de los símbolos sagrados del orgullo nacional.
“Quienes quieran ser ciudadanos de este país deben aprender inglés”, dijo ayer el presidente George W. Bush en una conferencia de prensa, y agregó que el himno debe cantarse en esa lengua.
Al igual que muchos comentaristas conservadores en un exaltado lugar de debate en internet, que califican la canción del “Himno de los extranjeros ilegales”, Bush aprovechó la oportunidad para hacer causa por el patriotismo, algo con lo que es fácil ganar puntos en este país.
“Es muy importante que cuando debatamos este asunto no perdamos el alma nacional”, dijo el presidente, quien recordó que una de las grandes cosas de Estados Unidos es que “hemos sido capaces de recoger gente de todo tipo y unirla en una nación respetuosa de Dios”.
La nueva versión, al estilo del We are the World de los años 80, es idea del productor británico Adam Kidron y cuenta con la participación de artistas como la mexicana Gloria Trevi y los raperos Ivy Queen y Tito “El Bambino”, la merenguera Olga Tañón y el cantante pop Carlos Ponce, todos ellos puertorriqueños.
Nuestro Himno ya ha sido distribuido a decenas de emisoras de radio que planeaban difundirlo ayer simultáneamente, a pesar de que incluso dentro de la comunidad latina muchos se preguntan cuál es el verdadero propósito de la iniciativa. “Incluso en los medios hispanos nos preguntamos cuál es el propósito de esto”, dijo a The Washington Post Pedro Biaggi, locutor del programa matutino de El Zol, la emisora en español más escuchada en el área metropolitana de Washington.
Una opinión similar a la de Benigno “Benny” Layton, quien dirige una banda de música tex-mex que, después de los atentados terroristas de 2001, grabó una versión instrumental del himno nacional Star-Spangled Banner.
“Algunas cosas son sagradas. Y hay cosas que no se hacen. La traducción del himno es una de ellas”, dijo Layton.
El himno llega en un momento clave, cuando la comunidad latina se prepara para llevar a cabo un boicot el próximo lunes, una especie de “un día sin inmigrantes”, en numerosas ciudades estadounidenses para pedir la legalización de los inmigrantes indocumentados, ahora que el asunto se debate en el Congreso.
Los organizadores han hecho coincidir la protesta con el emblemático 1 de mayo, cuando en buena parte del mundo se celebra el Día Mundial del Trabajo, y se prevé que sea secundado por cientos de miles de personas dispuestas a no ir al trabajo o faltar a clase. La trifulca, no obstante, podría no haber hecho más que comenzar.
El himno es el tema principal de un nuevo álbum sobre la experiencia de los inmigrantes llamado Somos Americanos, que se difundirá el próximo 16 de mayo.
Ante todo este jaleo cabe recordar, por otra parte, que poca gente -el 39 % de los adultos estadounidenses, según una encuesta reciente- se sabe la letra del himno en inglés.