WASHINGTON. Estados Unidos ha dicho no a las aspiraciones de Irán para que sea la Agencia Internacional de Energía Atómica que inspecciones sus instalaciones nucleares. La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, sostuvo que el régimen islámico “está engañando” a la comunidad internacional. E insistió en el reclamo estadounidense para que el Consejo de Seguridad sancione a Irán. Advirtió que la Carta de la ONU permite la aplicación de penalidades o de una acción militar contra el país que no cumpla las resoluciones del Consejo.
La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, sostuvo que las autoridades iraníes “están engañando” a la comunidad internacional al declararse dispuestas a aceptar la visita de los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) a sus instalaciones nucleares y ratificó que su país insistirá en su intento de que el Consejo de Seguridad de la ONU aplique sanciones contra el régimen islámico.
El Gobierno de Teherán “ha tenido tiempo de sobra para cooperar. Nos están engañando”, aseveró Rice en declaraciones a la cadena ABC en las que comentó la oferta que hizo ayer Irán para que los inspectores visiten sus instalaciones nucleares si el Consejo de Seguridad devuelve el expediente iraní a la AIEA.
La secretaria de Estado sostuvo que la iniciativa iraní es “inaceptable” y que Washington seguirá adelante con sus planes para que el Consejo de Seguridad de la ONU aplique sanciones a ese país. Mientras Irán asegura que su programa nuclear tiene fines civiles y pacíficos, Estados Unidos y otras países sostienen que el mismo está destinado al desarrollo de armas nucleares.
Un informe de la AIEA y fuentes iraníes confirmaron recientemente que la nación islámica ya ha logrado producir uranio enriquecido. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas había fijado el viernes pasado como fecha límite para que Irán detuviese sus planes atómicos.
Rice afirmó que la oferta de permitir las inspecciones sugiere que los iraníes están preocupados por las acciones que podría adoptar la ONU.
También dijo que probablemente Washington impulse una decisión del Consejo que obligue a Irán a frenar la producción de uranio enriquecido y mencionó que la Carta de la ONU estipula penalidades o acciones militares para quien incumpla cualquier resolución que se apruebe.
“Está en juego la credibilidad de la comunidad internacional. Y podemos decidir: podemos hablar en serio cuando decimos que Irán debe cumplir o podemos seguir permitiendo que Irán nos desafíe”, concluyó.