DAJABON.Tras concluir una reunión con una comisión militar de alto nivel encabezada por el general Rafael Pérez Feliz, comandante de la Cuarta Brigada del Ejército, el padre Regino Martínez, coordinador de Solidaridad Fronteriza, elogió el perfil cada vez más profesional y satisfactorio de la alta jerarquía militar, ante dos denuncias hechas por la entidad, por dos casos ocurridos en las regiones sur y norte.
La comisión de militares iniciaba una investigación en Dajabón sobre las actividades de una red de contrabandistas y traficantes de inmigrantes, en la que están implicados efectivos del Ejército, encargados de la vigilancia en la frontera dominico-haitiana.
Solidaridad Fronteriza del Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes había denunciado, el pasado 23 de abril, la existencia sobre la orilla occidental del río Masacre de una aduana paralela controlada por militares dominicanos que opera con "empleados irregulares", haitianos encargados de la "percepción de impuestos y derechos de admisión" pagados por comerciantes e inmigrantes haitianos irregulares.
"Esa denuncia la hemos venido haciendo desde hace muchos años, pero esta vez, nosotros tenemos la prueba irrefutable de la participación de miembros del Ejército Nacional en ese tráfico", indicó el Padre Martínez, poco después de haberse entrevistado ese viernes 28 de abril, con los integrantes de la comisión militar en la sede de la entidad jesuita en Dajabón y al referirse a las pruebas fotográficas presentadas a los oficiales.
Otros cuatro oficiales superiores que acompañaban al general Pérez Feliz, entre estos el coronel Miguel Atahualpa Domínguez, nuevo comandante del Décimo Batallón y en consecuencia responsable del contingente militar desplegado en la parte noroeste de la frontera.
"El comandante de la Región Septentrional se mostró muy receptivo y reaccionó en mi opinión de manera positiva y pragmática a los hechos; durante alrededor de 45 minutos intercambiamos sobre la situación de ilegalidad que prevalece en la región ", explicó el sacerdote jesuita.
Añadió el coordinador de Solidaridad Fronteriza, que los militares más bien nos habían acostumbrado, hasta ahora, a un comportamiento indiferente.
Otro incidente, en el que estuvo implicado una vez más un militar, casi alcanzó proporciones dramáticas el pasado 19 de abril en Jimaní, cuando un sargento del Departamento Nacional de Investigaciones (DNI) detuvo durante más de media hora y amenazó de muerte, en un chequeo informal, a tres haitianos – incluido el encargado de comunicación de Solidaridad Fronteriza/SJRM – miembros de una delegación dominico-haitiana que iba a reunirse con algunas instituciones y organizaciones en la frontera Sur dominicana, después de una gira de intercambios en Port-au-Prince y en la frontera Sur haitiana.
"Una vez mas -enfatizó el Padre Regino Martínez-, el comportamiento de los oficiales superiores de la sub-Región militar de Jimaní fue ejemplar, el general Molina Rodríguez, acompañado del comandante regional del DNI, quiso reunirse con los miembros de la delegación en el hotel que se hospedaba dicha comitiva para enterarse personalmente de los hechos.
Al día siguiente del encuentro, el 20 de abril, el suboficial culpable de esas acciones represivas contra la delegación dominico-haitiana, recibió una sanción disciplinaria de 10 días de arresto más un traslado a otra jurisdicción "por no guardar en todo momento la actitud correcta de un militar, al contestarle en forma irrespetuosa y descortés a miembros de una delegación dominico-haitiana", que transitaban por ese puesto militar fronterizo.
"El ejército tiene aún muchos retos que enfrentar en el camino de la modernización, pero debemos reconocer la profesionalidad y la responsabilidad con que esos oficiales superiores del Ejército Nacional gestionaron estos dos expedientes muy delicados; eso significa que algo está cambiando en el alto mando militar, lo que es de buen augurio para los ciudadanos de este país", concluyó el padre Regino Martínez, coordinador de Solidaridad Fronteriza/SJRM.