BOSTON, Massachusetts.-Se cumple hoy, en un 80 por ciento el boicot “Un Día Sin Inmigrantes” en Estados Unidos, con la que se busca se facilite que unos 11 millones de indocumentados logren su residencia o ciudadanía. La actividad con la que millones de indocumentados presionan para una justa reforma migratoria se desarrollan en todo Estados Unidos y con ellla los inmigrantes buscan que se le reconozca el derecho de más de once millones de ilegales a vivir y trabajar en este país y obtener la residencia o ciudadanía.
Se espera para esta tarde una masiva manifestación en el parque Common, de la ciudad de Boston donde miles de personas se preparan para apoyar el boicot en defensa de los inmigrantes indocumentados.
El transito vehicular se redujo a su mínima expresión, solo los trenes y el transporte de autobuses estatales funcionaban este medio día, mientas que la docencia se vió seriamente afectada debido a la ausencia de muchos estudiantes en las escuelas de Massachusetts. El comercio, sobre todo los negocios hispanos, cerró sus puertas en la mayoría de las ciudades de esta estado.
Miles de personas acataron el llamado a no ir al trabajo y las escuelas, y no hacer ninguna actividad comercial. En Unión Square, de Nueva York, un mercado al aire libre, generalmente bullicioso tenía al medio día poca actividad, mientras que las aceras de Broadway, las tiendas de productos baratos de importación, generalmente caóticas, estaban cerradas en su mayoría.
En Nueva York miles de personas forman simbólicas cadenas humanas en diferentes partes para exigir una reforma migratoria justa que permita legalizar a más de 11 millones de indocumentados.
En los cinco distritos que conforman la ciudad de Nueva York, miles de trabajadores salían durante el descanso del mediodía para unirse a otros partidarios durante 20 minutos. "Esto simbolizará la interdependencia de toda la sociedad, no sólo los inmigrantes", dijo Chung Wa Hong, director ejecutivo de la Coalición de Inmigrantes de Nueva York.
Las protestas cubren Manhattan, Bronx, Queens, Brooklyn y Staten Island a las 12:16 horas locales (17:16 GMT), hora elegida para recordar el 16 de diciembre, cuando se aprobó una restrictiva propuesta de ley en el Congreso, conocida como ley Sensenbrener.
La propuesta de ley busca criminalizar a los inmigrantes indocumentados y contempla medidas represivas y de fuerza, como la construcción de un muro en la frontera con México, sin hacer referencia a ninguna especie de programa de trabajos temporales.
Las protestas de este mediodía, que se extendieron más allá de Nueva York hasta los estados vecinos de Massachusetts, Rhode Island y Nueva Jersey, se enmarcan dentro del bautizado como "Gran Boicot Americano" o "Un día sin inmigrantes", reseña la agencia Notimex.
En la punta sur de Manhattan, en Battery Park, con la Estatua de la Libertad al fondo y a escasas cuadras de distancia de Wall Street, corazón financiero de la ciudad, un millar de personas formaron una cadena humana, una de las 20 convocadas en la Gran Manzana.
Con banderas estadunidenses, en su gran mayoría mujeres y niños, y al grito de "los inmigrantes unidos, jamás serán vencidos", los manifestantes acapararon la atención de los miles de turistas que se acercaban a esta área.
Convocados por la organización "Se hace camino al andar", gritaron lemas como "aquí estamos y no nos vamos, y si nos botan, nos regresamos" y "nosotros hacemos Estados Unidos más fuerte".
Fidelina Cortés, que lleva 15 años en Nueva York procedente del central estado mexicano de Puebla, fue una de las participantes que se arriesgaron a participar en el paro general convocado este 1 de mayo en todo el país.
"El patrón nos ha amenazado con despedirnos, pero me da igual. Creo que es importante faltar un día al trabajo para apoyar esta causa. Además, si me despiden, mañana mismo encuentro otro trabajo", señaló a Notimex.
Fidelina, que forma parte de los 11 millones de indocumentados "ilegales" que están exigiendo sus derechos, afirmó que "es justo que nos den los papeles para que podamos trabajar y vivir en libertad, nosotros no hacemos nada malo".
Por su parte, Eduardo, originario de Ecuador pero que lleva 26 años en Estados Unidos, se disponía casi al mismo tiempo que se llevaba a cabo la protesta a tomar el metro para dirigirse a su trabajo, en un restaurante del Bajo Manhattan.
"Si no voy a trabajar, quién me va a pagar. Yo tengo que mantener a mi familia", dijo Eduardo, quien tiene residencia legal desde hace 10 años.
Cuestionado sobre la reforma migratoria que se debate en el Capitolio, se mostró escéptico sobre su impacto en la vida diaria de los inmigrantes, incluso si se abre el camino para la legalización.
"Da igual que uno tenga o no papeles porque los patrones te explotan igual. Nadie respeta nuestros derechos. Yo quiero pagar mis impuestos legalmente pero mi jefe no me deja porque así se ahorra dinero", señaló.
En el Harlem Hispano, en la otra punta de la ciudad, el paro era mucho más evidente, con numerosos restaurantes y comercios cerrados en solidaridad con la protesta.
No obstante, en otras zonas como el Midtown -zona de oficinas- o Wall Street, si bien la presencia de inmigrantes hispanos era menos visible que otros días, apenas se notó la incidencia de la protesta y muy pocos eran los comercios que no abrieron sus puertas.
Desde la Coalición de Inmigrantes de Nueva York, Chung Wha Hong, una de las organizadoras de la cadena humana en Chinatown, precisó que el paro no tiene por qué ser necesariamente general.
"Muchos comerciantes no han cerrado pero lo harán por la tarde. Otros han puesto carteles en sus puertas en apoyo", señaló para contrarrestar las críticas por la escasa incidencia del paro en ese barrio, uno de los que tiene más comercios.
Los activistas esperan que el paro se haga más evidente a lo largo del día y que la manifestación convocada para esta tarde en la céntrica Union Square sea un éxito, pues a esa hora es más fácil que los trabajadores puedan salir