A Ennio Marchetti lo conocí hace ya unos dos años, mientras era gerente de un resort en Las Terrenas, Samaná, al norte de la República Dominicana, pero era obvio que estaba fuera de su rol.
Siempre hay momentos un poco así
cuando las palabras no están
cuando una guitarra es bastante
cuando se te llena el corazón
Unas pocas palabras bastaron para sintonizar e identificar preferencias comunes. De inmediato entendí que el Océano Atlántico con su oleaje turbulento mantenía dormido al artista que este talentoso italiano lleva dentro.
Hay gente que grita y niños que lloran
sabor del Caribe, motores, ruido
un pueblo que vive luchando sus días
y una sanky morena me dice “nos vamos”
en la calle de la soledad
Algunos contactos por teléfono y el Messenger fueron normalizando la situación y el entusiasmo se agigantó en el alma de Ennio. Varias visitas a Santo Domingo, la capital dominicana, consagraron la idea de producir un disco. Ya sus canciones me fascinaban y su genio creador hizo de las suyas motorizando nuevas composiciones tan vertiginosa como sorprendentemente pudo.
Devastación de amor
remolino aplastante
inundación de amor
oleaje fatal
que me lleva y se va
aturdiendo mi alma
Humilde y parsimonioso como es, Ennio no quería ningún asomo de petulancia u ostentación , por lo cual concibió una producción sencilla, en tanto marco musical, pero con notable calidad en lo concerniente a su propuesta lírico-interpretativa.
En Irak
he perdido mi vida el día de la Navidad
fue porque he tenido piedad
de un pequeño iraquí que no me agradeció
Así nació “Ennio: Calle de la Soledad”, como tituló su disco, recién lanzado a la radio nacional, y en el que desnuda sus sentimientos, enarbolando el aprecio y el respeto por nuestro país, al que hizo suyo desde que se radicó aquí al transcurrir el año 1998, enganchado por la estabilidad democrática y la cordialidad de los dominicanos.
Cuando la tristeza
me sorprende enamorado
y la soledad me llena
te regalo una canción
Por siete años residió en Las Terrenas y tanto se compenetró con aquel paradisíaco lugar que sus moradores lo eligieron presidente de la Casa de la Cultura de allí, convirtiéndolo de paso en el primer extranjero en presidir una entidad similar en la República Dominicana.
Si tú te vas
no me cierres la puerta
me quedaré
como un perro a la espera
Ennio Marchetti, que también es un consumado periodista y un brillante escritor, hace poco publicó en español su novela “Una Historia Campesina”, la que originalmente había lanzado con bastante aceptación en su natal Italia (1994), y fundó su compañía Ennio Marchetti Editor, responsable de la revista cultural “Sol Latino”, que tiene entre sus colaboradores a respetables personalidades de las letras dominicanas, como Mariano Lebrón Saviñón, Diógenes Valdez y Miguel Holguín Veras.
El amor de mi vida
ha pintado mi alma
colorado mis sueños
despertado mi sol
En su juventud grabó discos e integró un grupo musico-vocal con el que viajó por toda su nación hasta que hizo un alto en el camino para dedicarse por completo a sus estudios universitarios y al ejercicio periodístico, laborando en importantes medios de comunicación como el influyente diario “La Stampa” y varios programas de la radio y la televisión italianas, por alrededor de treinta años.
Tengo un ángel guardián
que me cuida y me quiere
me comprende y me espera
aquí, cerca de mí
Hace poco tiempo se mudó a Santo Domingo, cerca del Mar Caribe, como para rememorar su amor por Las Terrenas y ahora nos vemos y nos comunicamos con mayor frecuencia, sólo que ahora puedo disfrutar de “Calle de la Soledad” y deleitarme sorbo a sorbo, pues en lo personal me siento honrado por haber contribuido con un poquito de estímulo para que Ennio retomara su condición de cantautor y también permitirme interpretar con él una de dos composiciones que le cedí para esta producción, cuyos arreglos correspondieron a Hans Orlando Cordero (Papín) y en el que participaron Sandy Gabriel, Carolina Hernández, Robmariel Olea, Cristian Encarnación y mi hija Melody Arlenne Díaz.
Me regocija decir que por su diversidad, su profunda sinceridad y su complicidad temático-rítmica, “Calle de la Soledad” se puede calificar como un disco digno de colección.